15.11.2017A sus 33 años Daniel Ramos es un consolidado bailarín de ballet. Fundó su escuela, luegode especializarse en el extranjero y hoy difunde sus técnicas entre los jóvenes de Honduras.
“Cuando comencé se me hizo difícil adaptarme a las medias, zapatillas, suspensores y leotardos, porque para uno de hombre es complejo. Tardé tres meses en adaptarme a la vestimenta y sin duda, fue muy complicado; pero es lo que me apasiona”, comentó Daniel Antonio Ramos, dedicado a diversos tipos de danza y al ballet clásico desde los ocho años de edad.
Ramos es originario de San Pedro Sula y fue motivado por sus padres a la edad de ocho años, para incursionar en el mundo del arte a través del baile. Así comenzó a alternar sus estudios de primaria con el ballet, su primera gran pasión.
Realizar varias actividades a la vez, le permitió desarrollar una muy buena disciplina y despertó sus deseos de triunfar. Su primera carrera universitaria la cursó en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula, donde obtuvo el título de licenciatura en Psicología.
Siguiendo los pasos de lo que lo apasiona decide viajar y matricularse en la Universidad Nacional de Costa Rica (UCR). Ahí estudió una segunda licenciatura, esta vez en danza.
Su estadía en Costa Rica le permitió trabajar en la Compañía de Cámara de Danza Libre. Allí se desempeñaba como primer bailarín, que es una figura de intérprete principal.
Precisamente, uno de los mejores recuerdos y experiencias para Ramos y que lo mantienen motivado, ha sido su participación como primer hondureño en una compañía de danza internacional, lo cualsucedió en Costa Rica.
Después de estar cuatro años en el extranjero regresa a Honduras, donde sueña con difundir las técnicas aprendidas y es así como decide dar vida a la escuela Ángel Dance Academy.
UNA CARRERA CORTA
En cierta ocasión unas jóvenes le preguntaron cual era su profesión. Él, muy orgulloso, les contestó que el baile. Ellas sonrieron y le preguntaron que si de eso se podía vivir. “Yo les dije: claro que sí, si no véanme que de eso vivo”.
Sin embargo, reconoce que la carrera del bailarín de ballet es demasiado corta. “Prácticamente se comienza o tiene auge desde los 19 hasta los 21 años de edad”, señaló.
En ese corto lapso se define si una carrera llegará a la cima, “y yo lo logré. Dedicaba todo mi tiempo al estudio y prácticas, fruto de ese esfuerzo he logrado consolidar mi escuela”.
El joven bailarín no se limita a dar clases, sino que se proyecta con la sociedad a través de las becas que ofrece la institución a niños con excelencia académica.
“Como artistas nunca estamos satisfechos de lo que hacemos, creemos que podemos lograr muchas cosas más, así que realizo otras actividades. Asisto a eventos en los que requieren de nuestros servicios”, expresó.
Aseguró que la de bailarín es una carrera un poco difícil por la cultura del país, pues no es común ver a un hombre en este tipo de actividades.
Ramos utiliza las redes sociales para brindar información sobre el arte que le permite obtener sus ingresos y ayudar a otras personas mediante el financiamiento de las becas para aquellos que tengan un índice académico de 90% y que deseen ingresar a la institución de danza.
Con su cuerpo siempre erguido y su rostro sonriente, Ramos explicó que en la parte física una persona que quiera emprender una carrera como bailarín de ballet o danza popular, debe tener elasticidad y fuerza muscular, además de buena estatura y pasión por el baile.
ORÍGENES
El ballet es una danza, cuyos orígenes se remontan al Renacimiento Italiano, durante los siglos XV y XVI. El ballet se expandió desde Italia hasta Francia.
Aún existe la teoría que el ballet es para la gente que vive cómodamente, pues fue el dinero de los aristócratas el responsable del desarrollo de esta danza.
fuente.elpais.hn