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09.10.201
7El terremoto de 7.3 de magnitud, ocurrido el 28 de mayo del 2009, a 64 kilómetros de Roatán, Islas de la Bahía, nos da la pauta de que los hondureños, siempre debemos estar alertas, porque así como sucedió ese sismo, en cualquier momento podría repetirse otro de misma o mayor magnitud, según los expertos.
Este fenómeno natural se suscitó a las 02:24:45 de la madrugada, (hora de Honduras local), el cual tuvo una duración de 30 segundos, y su epicentro fue ubicado en el mar Caribe, a 64 kilómetros al noreste de la Isla de Roatán, y 130 kilómetros al norte-noreste de la ciudad de La Ceiba, Atlántida.
El terremoto se produjo a una profundidad de unos 10 kilómetros en una zona de fallas transformantes, situada en la Fosa de las Caimán, la que forma el límite tectónico entre la Placa Norteamericana y la Placa del Caribe, y continúa hasta la Falla de Motagua.
El sismo causó la muerte de siete personas, varios heridos, casas y vías de comunicación dañadas, donde incluso en la ciudad de San Pedro Sula, el temblor afectó el edificio donde funcionan los tribunales de justicia y colapsó el puente “La Democracia”, en la ciudad de El Progreso, departamento de Yoro, entre otros daños a la infraestructura.
El remezón fue sentido en Guatemala, Nicaragua, El Salvador y Belice, inclusive Cancún y Chetumal, en México.
Luego de ocurrir el terremoto, el Centro de Aviso de Tsunamis del Pacífico, inmediatamente puso un aviso de alerta de tsunami en las costas del caribe de Honduras, Guatemala y Belice, ante la posibilidad de un tsunami.
Los terremotos destruyen las vías de comunicación, como el ocurrido hace varios años en el Estado de California, Estados Unidos.
Este ha sido el mayor sismo que se ha producido en la historia de Honduras, pero gracias a Dios, debido a que la zona no está muy poblada, los daños no fueron mayores, mientras que las pérdidas por daños a la economía, se calcula que fue un poco más de 100 millones de dólares estadounidenses.
Según el informe de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), más de 3 mil viviendas fueron afectadas, 27 puentes y vados dañados, y 111 personas lesionadas.
El documento dado a conocer por Copeco el 5 de junio del 2009, destaca que luego del terremoto de 7,3 grados, se produjeron 10 réplicas de gran intensidad, las que se dieron en la zona norte de Honduras, especialmente en los departamentos de Cortés, Atlántida, Yoro e Islas de la Bahía.
En otro informe del 9 de junio, que después del terremoto del 28 de mayo, ocurrieron más de 500 microsismos, los que se registraron por debajo de 3.5 grados en la escala Richter, y más de 100 por arriba de 4.0 grados, siendo el más fuerte el suscitado el 7 de junio que fue de 5.7 grados.
Hay que destacar que el terremoto activó una serie de fallas en el territorio nacional, las que antes del sismo se encontraban inactivas. El fenómeno natural también afectó la red de internet en toda América Latina, ya que a 200 kilómetros de la costa de Guatemala, se rompieron los cables de fibra óptica.
JICA RECOMIENDA A HONDURAS INFRAESTRUCTURA ANTISÍSMICA
Las autoridades han mejorado sus sistemas de alertas en prevención de los fenómenos.
Recientemente, autoridades de la Secretaría de Infraestructura y Servicios Públicos (Insep) participaron en un seminario de Estudio para la Recolección de Datos sobre la Introducción de Infraestructura de Alta Calidad en Centroamérica, el cual fue impartido por expertos de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), donde recomiendan que Honduras y Nicaragua deben reconstruir una infraestructura resistente a los desastres naturales, especialmente a los sismos.
Con los resultados de este estudio se busca analizar los desafíos para afrontarlos, con el fin de construir la mejor infraestructura en Centroamérica, por lo cual JICA ya tiene en su poder los datos relacionados de una inspección minuciosa a la reparación de carreteras y puentes, la cual fue realizada en tres países de la región, Honduras, Nicaragua y México.
El estudio propone que en cada país se establezcan herramientas Ítem para el sector vial y realizar obras como pavimentos, instalaciones subterráneas, taludes, drenajes para ordenar los desafíos y problemas a los que se enfrenta la infraestructura física de los mismos.
De acuerdo al estudio hecho por JICA, en Honduras, la red vial consta de 14,346 kilómetros de longitud, entre carreteras pavimentadas (primarias), y no pavimentadas (secundarias).
ESTUDIO DE ÁREAS
El titular de Insep, Roberto Pineda, señaló que “ya está listo un borrador de este este importante estudio en áreas de inspección y mantenimiento de caminos y puentes en conjunto con JICA, que siempre apoya con obras de infraestructura a Honduras”.
El cambio sustancial en materia de infraestructura es notorio para la población hondureña, debido a que día con día se busca las mejores tecnologías para aplicarlas al mejoramiento y fortalecimiento de la infraestructura en el país, apuntó el funcionario.
En ese sentido, el director de JICA Honduras, Suguru Nakane, manifestó que “la importancia de socializar los primeros resultados de este estudio es para que se conozca con la población de los tres países donde fue realizado, a fin de solucionar los desafíos encontrados”.
En cuanto al mantenimiento de infraestructura, este estudio identifica los desafíos respecto a cuatro ítems para carreteras y tres para puentes, a fin de proponer el esquema de la cooperación enfocado en los productos y tecnologías japonesas aplicables y en la cooperación financiera.
MUNICIPIO DEL DISTRITO CENTRAL
El sismo ocurrido el pasado 19 de septiembre en México, es el mayor suscitado en 100 años, según los registros de las autoridades del país azteca.
Desde hace varios años, JICA viene realizando obras de mitigación en el país, especialmente en el Municipio del Distrito Central, donde sobresale el proyecto construido en el sector de El Berrinche, en Comayagüela.
La obra consta de ocho pozos, los que succionan las aguas subterráneas, para que estas no socaven la tierra, de esta manera estabilizar toda esa zona de riesgo, y en caso de un sismo, los daños sean menores.
Asimismo, en la importante obra, se construyeron canales subterráneos que se conectan a los pozos, para que las aguas desemboquen en el río Choluteca, donde también se levantó un terraplén, ante posibles movimientos de tierra, y allí JICA instaló sistemas de vigilancia, como ser Inclinómetros, piezómetros, pluviómetros y extensómetros para realizar un monitoreo permanente.
Además de esta falla geológica en El Berrinche, en la capital se han identificado otras 16, por lo cual, en todo tiempo los capitalinos deben tomar medidas de seguridad, especialmente al momento de realizar una contrición, recomiendan las autoridades edilicias.
GUATEMALA 1976
Una falla geológica, detectada desde hace muchos años, por un extranjero, fue la que provocó el hundimiento de las casas construidas en Ciudad del Ángel, en Comayagüela.
La noche del 4 de febrero de 1976, un terremoto de 7.5 grados de magnitud, causó la muerte de más de 23 mil personas en Guatemala, dejando cuantiosos daños materiales, en la hermana República de Guatemala.
Esta frontera de placas que afectó al vecino país, es la misma que atraviesa zonas que están más pobladas en Honduras, y lo más lamentable es que los chapines no estaban preparados para soportar este tipo de fenómenos naturales, y más de 41 años después, la mayoría de las construcciones en nuestro país, se siguen levantando sin las menores medidas antisísmicas.
Son muy pocas las medidas de prevención que se están tomando en este campo, a pesar que Honduras tiene costa en el Golfo de Fonseca, en consecuencia, se sabe que todos los países ribereños en el Pacífico, son propensos a sufrir sismos de considerable magnitud, debido a la subducción, es decir que una placa litosfera oceánica se hunde bajo otra, ya sea oceánica o continental.
La “amenaza sísmica” está latente desde Alaska hasta el Cabo de Hornos, es decir toda la costa del Pacífico en América, está sujeta a los sismos. De hecho dos de los más grandes terremotos del Siglo XX, se produjeron justamente en las costas de América, uno en Alaska y el otro en Chile.
TERREMOTO RECIENTE EN MÉXICO
México posee una costa Pacífica muy grande, por lo cual es bastante propenso a registrar este tipo de eventos naturales, como el del 7 y el 19 de septiembre pasado, los que han dejado hasta ayer, 442 muertos, de los cuales 344 son del pasado 19 de septiembre. De igual manera, El Salvador y Nicaragua han registrado terremotos devastadores, según lo publicado por los medios de comunicación azteca.
Un terremoto, también llamado seísmo o sismo, es un fenómeno de sacudida brusca y pasajera de la corteza terrestre producida por la liberación de energía acumulada en forma de ondas sísmicas. Los más comunes se producen por la ruptura de fallas geológicas, pero también pueden ocurrir por fricción en el borde de las placas tectónicas o por procesos volcánicos.
El punto de origen de un terremoto se denomina hipocentro y el punto de la superficie terrestre directamente sobre el hipocentro se denomina epicentro y dependiendo de su intensidad y origen, un terremoto puede causar desplazamientos de la corteza terrestre, corrimientos de tierras, tsunamis (maremotos) o actividad volcánica.
TSUNAMI
Un tsunami es un evento complejo que involucra un grupo de olas de gran energía y de tamaño variable que se producen cuando algún fenómeno extraordinario desplaza verticalmente una gran masa de agua.
Este tipo de olas remueven una cantidad de agua superior a las olas superficiales producidas por el viento, por lo cual se calcula que el 90 por ciento de estos fenómenos son provocados por terremotos, en cuyo caso reciben el nombre correcto y preciso de maremotos tectónicos. (EB)
fuente.latribuna.hn
