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Tegucigalpa. 25.03.2017
El disco “Este mortal llamado Morazán”, con música inédita del cantautor hondureño Guillermo Anderson, fallecido en agosto de 2016, ha salido esta semana informó hoy el autor del libro en el que está basada la producción musical, Julio Escoto.
El intelectual hondureño dijo a Acan-Efe que el disco, con 18 composiciones, es un homenaje a Guillermo Anderson, quien dejó un rico legado musical a su país.
El álbum musical de Guillermo Anderson, quien murió de un cáncer a los 53 años, viene acompañado de la novela “El general Morazán marcha a batallar desde la muerte”, que fue pensada por Julio Escoto en los jóvenes.
El general Francisco Morazán nació en Tegucigalpa el 3 de octubre de 1792 y murió fusilado en San José de Costa Rica el 15 de septiembre de 1842 cuando luchaba por la unión de Centroamérica.
La novela de Julio Escoto procura una visión intimista y humana del héroe más allá de su accionar externo, de sus batallas políticas y militares.
Escoto explicó que la producción musical “Ese mortal llamado Morazán”, salvando las diferencias, “es como si se hallara un manuscrito ignorado de Juan Ramón Molina (escritor hondureño 1875-1908) o una nueva pastorela del presbítero José Trinidad Reyes (1797-1855), todos ellos próceres culturales de Honduras“.
Los temas musicales del disco fueron compuestos por Guillermo Anderson para un ballet de estilo moderno de la maestra de danza Flor Alvergue, que coreografió en 1992 con ocasión de conmemorarse los 200 años del nacimiento de Francisco Morazán.
La obra de Flor Albergue fue presentada entonces en el Teatro Nacional, de Tegucigalpa, la capital de Honduras, y en el Centro Cultural Sampedrano, de San Pedro Sula, norte, la segunda ciudad más importante de Honduras. Está previsto que sea presentada este año con ocasión del 25 aniversario de haber sido puesta en escena.
De la obra de teatro quedaron los temas musicales de Guillermo Anderson, quien entonces consideró que la calidad del sonido era baja y que volvería a grabarlos en otro momento, pero no lo hizo.
Luego de la muerte Anderson, la casa Costa Norte Records, en conjunción con el Centro Editorial, que dirige Julio Escoto, decidió con un sistema moderno de audio limpiar las composiciones de Guillermo Anderson y editar el disco que esta semana ha salido a luz en una edición especial limitada, en homenaje dedicado a él.
De esa forma quienes conocen de la música del fallecido artista y de la obra de Julio Escoto, podrán seguir la secuencia entre literatura y la creación lírica y rítmica de Guillermo Anderson, quien era originario de La Ceiba, en el Caribe de Honduras.
La memoria de Guillermo Anderson, quien estudió literatura latinoamericana en Estados Unidos, también fue honrada esta semana con el Premio Nacional de Arte que le confirió el Gobierno de Honduras.
Anderson, quien pudo haber hecho su vida en el exterior, prefirió quedarse en su país y componer temas a partir de lo cotidiano, de vivencias suyas en comunidades rurales y urbanas, o momentos compartidos con la gente común, principalmente los afrodescendientes.
El artista también le cantó a la naturaleza, a la flora y fauna de su país; a los niños, a los inmigrantes, a los abuelos, a las madres, a las amas de casa, a los marineros, a los futbolistas, a los hombres que en casa no saben hacer nada y delegan todo a la mujer, y a la gastronomía hondureña, entre otros.
Con su música crecieron varias generaciones de hondureños que cantaron y siguen cantando sus obras infantiles y otras de profundo contenido social como “Chago”, “El encarguito” y “Aló mamá”, dedicadas a los inmigrantes de su país.
Otros temas como “Cipota de barrio”, “Pepe goles”, “María Dolores”, “Pobre marinero”, “Costa y calor”, “Aves”, “Memoria de la abuela” y “Canción de la espera infinita”, son verdaderos himnos que Guillermo Anderson le dejó a los hondureños.
Fuente: latribuna.hn
