15.10.2025
Lo que muchos consideran una costumbre inofensiva podría tener consecuencias importantes para la salud. Dos recientes estudios científicos alertan sobre los efectos de saltarse el desayuno, señalando que omitir la primera comida del día no solo reduce la ingesta de nutrientes esenciales, sino que también incrementa el riesgo de padecer enfermedades metabólicas y cardiovasculares.
Una investigación realizada por el Instituto Nacional de Nutrición y la Universidad Seitoku de Japón analizó los hábitos alimenticios de más de 500 estudiantes de secundaria. Los resultados fueron claros: quienes no desayunaban regularmente presentaban deficiencias en vitaminas A, B1, B2, C, calcio, hierro y zinc, nutrientes esenciales para el crecimiento, el desarrollo cognitivo y el fortalecimiento del sistema inmunológico.
Además, el estudio reveló que las adolescentes que desayunaban todos los días mostraban patrones alimenticios más equilibrados, con un mayor consumo de frutas, verduras y productos lácteos. En contraste, aquellas que omitían el desayuno tendían a compensar con alimentos ricos en carbohidratos y bebidas azucaradas, lo que favorece el aumento de peso y la aparición de desequilibrios nutricionales a largo plazo.
Los investigadores concluyeron que fomentar el hábito del desayuno debe considerarse una prioridad de salud pública, especialmente entre adolescentes y jóvenes, como una medida preventiva frente a la obesidad, la hipertensión y las enfermedades del corazón.
Por su parte, otro estudio liderado por Hassan Dashti, nutricionista de la Universidad de Harvard, analizó los hábitos de casi 3.000 adultos mayores en el Reino Unido y descubrió que el horario del desayuno también influye en la salud. Las personas que desayunaban de forma tardía presentaban mayores niveles de fatiga, ansiedad, depresión y alteraciones metabólicas, sugiriendo que el momento de la primera comida puede ser tan importante como su contenido nutricional.
Ambas investigaciones coinciden en un punto: el desayuno no debe subestimarse. Es una comida fundamental para activar el metabolismo, equilibrar el nivel de azúcar en sangre y mejorar la concentración y el rendimiento diario.
Los expertos recomiendan incluir alimentos ricos en proteínas, fibra y vitaminas —como frutas frescas, cereales integrales, lácteos o huevos— para asegurar un aporte energético completo desde las primeras horas del día.
En palabras de los científicos japoneses, “el desayuno es un indicador clave de una dieta saludable y equilibrada”, y su omisión repetida podría convertirse en un serio problema de salud pública si no se fomenta desde la infancia y la adolescencia.
Fuente: Diarioroatan.com