El análisis a modo de tomografía de 17.345 microterremotos registrados tras finalizar su erupción ha permitido construir un mapa interno en 3D de un volcán en España, el Tajogaite, en La Palma (archipiélago de las Canarias), un trabajo sin precedentes que ayudará a la ciencia a prevenir riesgos en el futuro en otras zonas volcánicas.
La revista Geophysical Research Letter publica este mes una investigación liderada por el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) de Italia y el Instituto de Volcanología de Canarias (Involcán) sobre las estructuras internas del volcán que comenzó a surgir en el Valle de Aridane, en La Palma, el 19 de septiembre de 2021.
«Fue una oportunidad única observar un volcán recién nacido, cuando sus estructuras internas aún están incandescentes y activas», explica Luca D’Auria, director de Vigilancia Volcánica de Involcán, en un comunicado difundido desde Italia por el INGV.
El estudio utilizó recursos de tomografía sísmica aplicados a los terremotos registrados aquellos días, lo que hizo posible reconstruir una imagen tridimensional de los primeros 1.500 metros bajo el volcán, a través de registros de una red de 17 estaciones sísmicas temporales instaladas alrededor del cono inmediatamente después de la erupción.
Estos instrumentos registraron durante nueve meses miles de microsismos generados por procesos de contracción térmica y el movimiento de gases liberados del magma en enfriamiento.
«Gracias a la inteligencia artificial, pudimos analizar más de 17.000 microsismos, distinguiendo automáticamente las ondas sísmicas útiles», destacan los investigadores.
Con toda esa información, pudieron analizar los patrones de velocidad de las diferentes ondas sísmicas y sus relaciones, unas mediciones de especial interés, ya que ofrecen un excelente indicador de la temperatura y la presencia de fluidos.
Los resultados revelan que, en las zonas superficiales, la relación analizada es baja, indicando rocas porosas saturadas de gas o vapor; sin embargo, a mayores profundidades el valor aumenta, apuntando a la presencia de fluidos líquidos.
«Esta variación nos dice cómo afecta la presión al estado de los fluidos dentro del volcán: en profundidad permanecen líquidos, mientras que más arriba pasan al estado gaseoso», explica Sergio Gammaldi, investigador del Observatorio del Vesubio del INGV.
El estudio también permitió identificar el conducto principal de magma, la fractura por donde ascendieron la lava y el gas durante la erupción del volcán Tajogaite.
La imagen obtenida así de las entrañas del Tajogaite abarca un espacio de 15,62 km3 (un cubo de 2,5 kilómetros de lado) y es la primera que se consigue de un volcán monogenético de reciente formación.
Los resultados destacan el rápido desarrollo del sistema hidrotermal, con agua y gas subterráneos, de un volcán joven y proporcionan información valiosa para predecir y monitorizar futuras erupciones, no solo en La Palma, sino también en otras zonas con actividad volcánica similar, destacan sus responsables.
«Estudiar un volcán recién nacido desde dentro no es sólo un reto científico: significa también aumentar nuestra capacidad de prevenir riesgos en zonas habitadas por millones de personas», concluye D’Auria. EFE