Amazon compró un enorme centro de datos en un pueblo perdido de Pensilvania por una buena razón: estaba al lado de una central nuclear. Lo que no esperaba era que los reguladores tumbaran sus planes de conectar los servidores al reactor.
Contexto. El consumo energético de las grandes empresas tecnológicas se ha disparado con el auge de la inteligencia artificial generativa. Para asegurar el suministro eléctrico de sus centros de datos sin que vuelen por los aires sus compromisos de neutralidad en carbono, gigantes tecnológicos como Amazon están apostando por la energía nuclear.
Sin embargo, las regulaciones locales y los desafíos ambientales les están aguando algunos de estos planes.
El nuevo centro de datos de Amazon. En marzo, Amazon compró un centro de datos de 485 hectáreas a Talen Energy, la compañía que opera la central nuclear de Susquehanna, en Pensilvania. La inversión de 650 millones de dólares venía con una interesante contraprestación: conexión directa a la planta de 2,5 GW.
El compromiso de Amazon con Talen era adquirir una capacidad de 960 W para los nuevos servidores de Amazon Web Services. La central nuclear proporcionaría incrementos de potencia de 120 MW a precio cerrado durante los primeros 10 años.
La negativa de los reguladores. El 1 de noviembre, la Comisión Federal Reguladora de la Energía (FERC) votó en contra del acuerdo de interconexión que habría permitido a Amazon conectarse directamente a la planta de Susquehanna. Con un voto a favor y dos en contra, la propuesta fue rechazada porque el centro de datos habría consumido una porción demasiado significativa de la energía que genera la central nuclear.
La FERC, una agencia que regula la transmisión de electricidad, gas natural y petróleo en Estados Unidos, temía que otros clientes de la red eléctrica pudieran sufrir apagones o fluctuaciones en el suministro, así como subidas en la factura de la luz, si el centro de datos de Amazon acababa desviando buena parte de la energía que producen los dos reactores de la planta.
El único voto a favor. El presidente de la FERC, Willie Phillips, que votó a favor de Amazon, dijo que negar el acuerdo era «un paso atrás para la fiabilidad eléctrica y la seguridad nacional», puesto que los centros de datos que impulsan la IA «necesitan electricidad fiable» como la que proporciona la energía nuclear.
A diferencia de las renovables, como la energía eólica y la solar, la energía nuclear ofrece un suministro estable e igualmente libre de emisiones de carbono, pero con todos los desafíos ambientales y de seguridad que supone la gestión de desechos radiactivos.
Apuesta total por los SMR. Aunque la energía de fisión tradicional se niega a morir (Microsoft acaba de llegar a un acuerdo para reabrir la central nuclear de Three Mile Island, cerrada en 2019), las grandes tecnológicas están apostando aún más fuerte por los reactores modulares compactos (SMR).
Los SMR son más seguros y eficientes, puesto que incorporan sistemas de refrigeración pasiva, y pueden transportarse en módulos para ensamblarse en un lugar distinto al de fabricación. La propia Amazon ha firmado tres acuerdos distintos para desarrollar y construir reactores SMR. También Microsoft, Google y Meta, que necesitan cada vez más energía para entrenar sus modelos de IA.