El Emperador Agustín I de México, a cuyos dominios estaba anexada Centro América por voluntad de ciertas camarillas del Istmo, emitió un Decreto destinado a romper la unidad histórica de Centro América y a consumar -según el – el dominio perpetuo de aquella metrópoli sobre los territorios que habían pertenecido a la Capitanía General Centroamericana.
Según el Decreto de Agustín I, la tierras de la Capitanía General Centroamericana quedarían divididas en tres Comandancias Generales totalmente independientes.