La NASA encargó a SpaceX un «vehículo de desorbitación estadounidense» (USDV) para destruir la Estación Espacial Internacional. La primera imagen revela que es una nave Dragon supervitaminada.
Cuatro veces más potente que una Dragon. El USDV se basa en el diseño de la nave que SpaceX usa para transportar carga y astronautas a la Estación Espacial Internacional, pero con el maletero convertido en un enorme módulo de servicio para albergar varios depósitos de combustible y muchos más motores.
SpaceX ha revelado en su perfil de X que el USDV tendrá seis veces más capacidad de combustible y cuatro veces más potencia que la Dragon actual. Solo el combustible (o mejor dicho, el combustible más el oxidante) pesará más de 10 toneladas, por lo que se especula que hará falta un Falcon Heavy para ponerlo en órbita.
SpaceX recibió un contrato de 843 millones de dólares para desarrollar el USDV, pero la NASA no ha contratado aún el lanzamiento del vehículo. Tratándose de una Dragon supervitaminada, no hay dudas de que se lanzará en un cohete de SpaceX.
Cómo se destruirá la Estación Espacial Internacional. Está previsto que la estación en órbita sea abandonada en 2030, pero no de repente. En una rueda de prensa, la NASA explicó que primero la dejarán caer gradualmente de su órbita. Esperarán entre 12 y 18 meses, hasta que alcance una altitud de unos 220 kilómetros.
Seguirá habiendo astronautas a bordo para mantenerla hasta seis meses antes de la fecha designada para su destrucción. Entonces, el vehículo de desorbitación de SpaceX, operado por la NASA, se acoplará a uno de sus puertos y la impulsará para reentrar en la atmósfera de forma segura.
La NASA no ha revelado dónde tendrá lugar la reentrada, pero lo más seguro es que lo haga en el punto Nemo, el lugar del océano Pacífico más alejado de tierra firme que hace de cementerio de naves espaciales.
Por qué hay que destruir la ISS. La Estación Espacial Internacional ha sido un símbolo de cooperación internacional desde su lanzamiento en 1998. Ha permitido avances científicos y tecnológicos gracias a sus condiciones de microgravedad que han beneficiando a la humanidad de múltiples maneras.
Sin embargo, está envejeciendo y el desgaste es evidente. Además del riesgo creciente de impaco con la basura espacial. Pero su retirada no será en vano porque abrirá paso a una nueva era de estaciones espaciales comerciales.
La Estación Espacial Internacional tiene una masa de 420 toneladas, y aunque vuele a 27.000 km/h, no se espera que se desintegre por completo con la fricción de la atmósfera. La NASA y sus socios en la estación orbital —Europa, Canadá, Japón y Rusia— no pueden dejar que reentre sin control.