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Honduras en la Historia: 22 de enero de 1976, Se crea El Distrito Central en el Departamento de Francisco Morazán

22 de enero de 1976
Se crea El Distrito Central en el Departamento de Francisco Morazán
Fecha de Creación
Fue creado el 22 de Enero de 1976
Decreto de Creación
Según decreto No. 2 del Congreso Nacional, se ratifica el Decreto No. 53 de 30 de enero de 1937 en el que se reforma el artículo 179 de la Constitución Política en el que se dice que los actuales municipios de Tegucigalpa y Comayagüela formaron un Distrito Central cuya creación, organización y funcionamiento será objeto de una Ley especial. Con el Decreto 309 de 22 de enero 1976, el Consejo del Distrito Central se denomina «Consejo Metropolitano del Distrito Central». En 1986, se consideró de nuevo Alcaldía Municipal.
Historia de Fundación
En 1578 se hicieron importantes descubrimientos de ricos minerales en varios cerros, incluyendo Tegucigalpa, que se supone fue el 29 de septiembre de ese año y dada la costumbre que tenían los españoles de señalar lugares con el nombre del Santo del día en que se descubrían o fundaban, se le dio el nombre de Real de Minas de San Miguel de Tegucigalpa.
A principios de 1579 llegó la noticia al Presidente de la Audiencia, que envió a un entendido para ver las minas, quién confirmó, la fama de su riqueza. El Rey, por cédula expedida por Villa Castin el 28 de septiembre de 1608, había confirmado la creación de la Alcaldía Mayor de Tegucigalpa, en esa cédula, nombra el Rey por primera vez, Alcalde Mayor de Tegucigalpa. Los españoles procedieron a trazar la nueva población conforme a las leyes de Indias.
El 10 de junio de 1762 don Alonso Fernández de Heredia otorgó el título de Real Villa de San Miguel de Tegucigalpa y Heredia.
El Rey Carlos III en cédula expedida el 17 de julio de 1768, confirmó el real título de Villa de Tegucigalpa. En 1788 se extinguió la alcaldía mayor y su jurisdicción se reunió a la intendencia de Comayagua. La consolidación de estas dos Provincias: Tegucigalpa y Comayagua, fue aprobada por Real Cédula del 24 de julio de 1791.
El 14 de mayo de 1811, se restableció la Alcaldía Mayor de Tegucigalpa.
Por real cédula del 28 de abril de 1807 se establece la municipalidad de Tegucigalpa.
El 29 de noviembre de 1807 se le dio el título de ciudad. La Providencia del 4 de julio de 1817 se ordena que se separe la Alcaldía Mayor de Tegucigalpa de la Intendencia de Comayagua. El 22 de junio de 1849 se nombra a Tegucigalpa Capital del Estado. El 20 de julio de 1856 se traslada el Gobierno de Comayagua a Tegucigalpa. El 2 de noviembre de 1880 se declara la ciudad de Tegucigalpa, capital de la República. El 28 de septiembre de 1890 las ciudades de Tegucigalpa y Comayagüela quedan unidas en un solo término municipal. En 1890 el Gobernador Político dictó las siguientes decisiones: «Artículo 1o. Las Municipalidades de Tegucigalpa y Villa de Concepción y sus respectivos términos, quedan unidos en un solo municipio, término que llevará la denominación de aquél: Tegucigalpa.
Artículo 2o. Las actuales municipalidades seguirán funcionando sin alteración alguna hasta el último día del año en curso.
Artículo 3o. Los residentes en el nuevo término municipal que tengan derecho electoral, según las leyes, procederán a elegir el último domingo de octubre, próximo, una sola municipalidad compuesta del número de vocales que determinan el artículo 29 de la Ley respectiva. Tegucigalpa ocupaba una extensión cerca de 20,000 kilómetros cuadrados y además de Tegucigalpa existían en su ámbito geográfico dos importantes villas de españoles que fueron: La villa de Jerez de los cholultecas, La Villa de Danlí.
Comprendidas también 45 pueblos de indios, 7 mineras de plata, 5 valles poblados de estancias con crías de ganado mayor y menor, y una población que al momento de la independencia llegaba a 45,000 personas entre españoles, mestizos, indios, mulatos y pardos.
Para una mayor claridad al desarrollo histórico de la alcaldía mayor de Tegucigalpa durante el periodo colonial, comprende cuatro periodos grandes que son:
1. Desde la época de su doblamiento en la época indefinida a mediados del siglo XVI, hasta cuando es elevada a la alcaldía mayor en 1578.
2. Desde 14578 hasta 1765, cuando el real de minas es elevado a la categoría de villa con el nombre de San Miguel de Heredia.
3. Desde su anexión a la intendencia de Comayagua en 1787, hasta 1812 en que recobra su independencia política de Comayagua.
4. Desde la separación de Comayagua en 1812, hasta 1821, cuando logra su independencia tanto de España como de Guatemala.
El área geográfica que hoy comprende la capital de la república de Honduras (refiriéndonos al casco antiguo de la ciudad y sus actuales barrios) había estado desde su época muy antigua pobladas por indígenas de diferentes etnias, aunque con un fuerte predominio de la raza lenca, pero sin descartar la parte de la aculturación que en épocas más recientes recibiera de otros grupos indígenas como ser:
Los Xicaques, Los Payas, Los Chorotegas.
Al momento de la conquista española se conocía esta región como “Tegusgalpa” que en lengua indiana significa “lugares donde se reúnen los señores” o también podría significar “cerro de plata”. Aunque las tradiciones históricas que se han referido a Tegucigalpa no han dicho que su nombre se deriva de “cerro de plata” se puede sugerir que a Tegucigalpa significa más bien “lugar donde se reúnen los señores”, en lengua lenca, por la siguiente razón:
Los indígenas de Honduras conocieron la elaboración de la plata y antes de la conquista española este metal no tenía ningún significado para ellos, el nombre de “cerro de plata “tiene que haber sido por fuerza sugerida por los españoles ya que la susodicha expresión no significa nada para los indígenas de la región. Tegucigalpa no tuvo una fundación formal como la tuvieron las ciudades de hondureñas como Gracias, Comayagua, Trujillo, Choluteca.
Tegucigalpa nació al azar sin un trazado que pusiera orden de sus calles, plazas, y construcciones. Al crearse y confirmarse el real de minas de Tegucigalpa, ya en el siglo XVII, se hizo necesario que las autoridades de este centro administrativo de la alcaldía mayor, se preocuparan por el ordenamiento urbanístico del pueblo, dictando una serie de medidas para ordenar sus calles y sus plazas. Hacia mediados del siglo XBII el real de minas de Tegucigalpa, se había convertido en uno de los centros de mayor riqueza del reino de Guatemala. La población contaba ya con un buen número de españoles, que tenían sus minas en los alrededores, y otro numeroso grupo de familias de dicadas al comercio.
El descubrimiento de nuevas minas de plata, en el área hace que se incremente la actividad comercial, nuevos establecimientos son abiertos, algunos operando con capitales bastante fuertes, que no solo comerciaban con los mismos mineros de Tegucigalpa, sino que extendían su acción a toda Centroamérica e incluso hasta la lejana México. El primer gran mercader se encuentra desde mediados del siglo XVII en la persona de don Juan Castro, al morir en su inventario deja bienes y mercaderías por valor de 23,988 pesos, nombrando como albacea testamentario de don Antonio Domínguez lozano, provincial de la santa hermandad de Tegucigalpa. Pero el más importante de los mercaderes que probablemente hubo en toda la historia colonial de Tegucigalpa fue el capital Juan de Muñoz, peninsular originario del reino de Vizcaya, aunque en el inventario de sus bienes no deja grandes cantidades de dinero, pues solo haciende a 15,901 pesos, lo más importante son las deudas que tienen con él varios comerciantes como don Juan Rivas cacho, y Juan Echandia de México, Juan de Zein y domingo de la Madrid de Tabasco don Domingo Retana, Don Manuel Paniga de Tela, de Chiquimula, y don Juan de argenera, francisco Panting, Manuel Sánchez Bravo y otros comerciantes de Honduras.
Las ladinas legadas por don Juan Muñoz e instituciones religiosas han llegado hasta nuestros días, como el cuadro que representa su muerte, y que hoy está en la iglesia de San Francisco, y la pintura de la virgen de Guadalupe que se venera en la iglesia inmaculada concepción de Comayagüela.
En esa época que aparecen en la ciudad los artesanos (plateros, carpinteros, albañiles) que se agrupan en gremios y los artistas (pintores, escultores) que llegan procedentes de Guatemala, de Comayagua y de otros puntos del reino.
Se desconoce el que hacer histórico de los artistas que trabajaron los diferentes ramos de la bella arte de Tegucigalpa, tanto a finales del siglo XVI como durante todo el siglo XVII. Aunque para fines del siglo XVII el real de minas de Tegucigalpa ya contaba con toda una serie de construcciones de tipo civil y religioso, se desconoce tal vez por falta de categoría arquitectónica de estas construcciones quienes fueron sus realizadores. Muchos de los objetos de arte que las iglesias de Tegucigalpa contienen y otras poblaciones comarcadas están vinculada con los donativos regios que los soberanos españoles hicieron a estos ricos mineros, tal es el caso de los vasos sagrados obsequiados por Felipe II al convento de nuestra señora de las mercedes en el mineral de santa lucia en el año de 1594, lo mismo que el Cristo de buen Fin, talla en madera, que venera en el mineral de cedros. Varios testamentos de personas de Tegucigalpa enriquecen durante todo el siglo XVII las iglesias de este real de minas, con donativos consistentes en pinturas, esculturas de objetos de plata labrado que vinieron a aumentar el patrimonio artístico de los templos que ya estaban construidos. A fines del siglo XVI durante todo el XVII fueron los siglos del anonimato. Durante este siglo y medio lo más probable es que tanto los objetos sagrados como las imágenes en pintura y escultura que llenaban las iglesias hayan sido comprados en Comayagua o Guatemala.
El primer gran artista que trabaja intensamente en honduras y particular en Tegucigalpa es Blas de Meza pintor de origen guatemalteco que toda su obra se encuentra en honduras, y por eso hay que considerarlo como hondureño.
En el año de 1724, aparece otro gran pintor anónimo, en este caso ejecuta varias obras pintorescas a petición del coronel Manuel Muñoz según lo demuestran olas leyendas que en dichas pinturas aparecen, a este pintor se debe una serie de lienzos que existían en la iglesia de San francisco de Tegucigalpa, entre las cuales el tablero que representa la buena muerte del coronel Muñoz, rodeado de santos de su devoción y que todavía puede admirarse en el interior de la nave de dicha iglesia. Otra pintura del mismo autor es la copia de la virgen de Guadalupe que hoy podemos apreciar en la nave de la iglesia inmaculada concepción de Comayagüela. Otro pintor aparece a mediados del siglo XVII trabajando en el real de minas de Tegucigalpa, de él se conoce únicamente el apellido y a él se debe uno de los lienzos de más calidad artística que posee Tegucigalpa. Se trata de San Miguel arcángel, pintura que se puede admirar en la iglesia de San Francisco y cuya firma es Zepeda.
La Iglesia San Francisco fue durante el siglo XVII y la primera mitad del siglo XVII la más rica de las iglesias del real de minas de Tegucigalpa en obras de arte, al hacer su visita pastoral a esta villa el obispo de Comayagua fray Antonio de Guadalupe López Portillo en 1735 construye esta iglesia con su propio Peculio personal y la dota de magníficos retablos bavucos de talla salomónica con ese sabor tan característico y peculiar de barroco hondureño del primer cuarto de siglo XVIII. A fines del siglo XVII aparecen trabajando en Tegucigalpa otros dos pintores, uno del cual sabemos únicamente su apellido Cubas, del cual se puede apreciar algunos cuadros en la actual catedral, el otro fue el más importante de todos los pintores hondureños del periodo colonial, se trata de una indígena de Tegucigalpa de nombre José miguel Gómez, este pintor sirve de puente de unión entre los pintores de temas religiosos del siglo XVIII y los retratistas académicos del primer cuarto del siglo XIX. Gómez trabajo incansablemente para la parroquia de San miguel Arcángel de Tegucigalpa, hasta nuestros días han llegado las pinturas de los cuatro evangelistas que llenas las pechinas que sostienen la cúpula del edificio, ejecutadas en 1786, el lienzo de gran tamaño que se encuentra en el arco del coro y el retrato del tamaño natural del padre SIMO Zelaya que se encuentra en la sacristía. Gómez realizo su obra entre 1770 y 1805, época en que su firma aparece probablemente en el último de sus lienzos. La última gran obra arquitectónica realizada por el gobierno español en Tegucigalpa se ve en la construcción del puente que uniría al pueblo de indios en Comayagüela con la villa de Tegucigalpa. La construcción de este puente se inicia en 1795, pero se ve completamente realizado durante la administración del último alcalde mayor de Tegucigalpa, don Narciso Mallol, quien desde 1818 reanudaba la construcción del puente que es concluido a finales de 1821. Esta obra fue realizada según los planos que desde Guatemala enviase el arquitecto mayos de obras don José de Serra.
Tegucigalpa…
Tegucigalpa era, al inicio del siglo que nacía, una de las más placidas y grandiosas ciudades del universo, donde las noticias se propagaban verbalmente con celeridad y los sustos mayores provenían de las políticas vernácula o de las audaces interpretaciones de los grandes músicos en la retreta del parque central, cuyo bello kiosco, flanqueado por las estatuas del arte, convocaba dominicalmente a la población con su estético imán.
Cincuenta años antes habían quedado enterradas las ilusiones de la integración centroamericana, al ser fusilado en Costa Rica el líder unionista Francisco Morazán.
El país, sin embargo, tampoco se había dejado caer en el abandono, figuras prominentes de dimensión latinoamericana, como Tomas Estrada, máximo Gomes Antonio Maceo y José Martí, habían residido o habían transitado Honduras alimentando desde aquí su inspiración libertaria.
El cinematógrafo sorprendía ya con su con su móvil luz ceniza las noches capitalinas, la primera heladería verdaderamente tal, la “Nevería Verdi”.
En febrero de 1905, la compañía de zarzuela “Unda” presento en Tegucigalpa “la señora Capitana”, el primer automóvil conducido por el señor don Julio Villars, llevando a la par al presidente de la república, atravesó la sorprendida capital y el mayo con ocasión del tercer centenario de la república de “El Quijote” se dio apertura a todo un mes de fiestas cervantinas.
Sin embargo, mientras el desarrollo se centralizaba en el asiento del gobierno, Tegucigalpa, el resto de Honduras veía pasar el tiempo con un aliento tan pausado y soporífero que desafiaba a la historia.
Traslado de la capital a Tegucigalpa
Antes de trasladarse la capital de Honduras de la ciudad de Comayagua a su homóloga Tegucigalpa, hubo dos decretos al respecto:
En cedros el 22 de Julio de 1849, otro expedido en Comayagua el 19 de Julio de 1856. En el primero se justificó “que, a más de las circunstancias, la salubridad, y la moral pública, Tegucigalpa tiene la de ser en el estado la población más grande en riqueza, relaciones, números de habitantes y recursos necesarios a las autoridades y a los particulares…. se nombra por capital del estado de Honduras a la ciudad de Tegucigalpa, y por consiguiente residirán en ellas las supremas autoridades civiles… también se trasladarán todas las oficinas dependientes del gobierno supremo”. El traslado no llego a realizarse, en vista que el gobierno del Dr. Juan N. Lindo (1848 – 1852) enfrento problemas bélicos con Guatemala, aparte de las presiones inglesas reclamando pagos de la deuda federal.
En el segundo decreto el gobierno, de José Santos Guardiola (1856-1862) justifico que los sucesos ocurridos en la ciudad de León, el 12 del mes próximo pasado que demanda la existencia y cooperación de Honduras en la lucha emprendida entre aquel pueblo y sus opresores, deseoso de resolver los obstáculos que se presentan al respecto y considerando que la ciudad de Tegucigalpa es más adecuada por su inmediación y relación decreta : se traslada el gobierno de esta capital a la ciudad de Tegucigalpa, y su salida tendrá lugar el 18 al 15 mes entrante”, igual que el decreto anterior este quedo sin efecto.
El traslado definitivo fue mediante decreto # 11 expedido en Comayagua el 30de Octubre de 1880, el gobierno justifico: “fue que la cuidad de Tegucigalpa reúne todas las condiciones y elementos necesarios de población, riqueza, para la residencia del gobierno, de la corte suprema de justicia y reunión del congreso”. El mismo decreto sobre oficinas estatales estallo. “en ella se encuentra el almacén principal de guerra, la casa de la moneda y la imprenta nacional, lo mismo que las oficinas centrales de rentas, telégrafo y de correos.
Trasladada la categoría de capital a la ciudad de Tegucigalpa, si bien reunían los inmuebles públicos mencionados anteriormente, de hecho faltaban otros, para solventar esta situación fue necesario que el gobierno efectuara pertinentes reparaciones a los existentes, en segundo lugar comprar inmuebles para oficinas o terrenos para futuras edificaciones:
• Fueron comprados terrenos, construyéndose el hospital general de la república, hoy los ministerios.
• Escuela de medicina, hoy correo nacional.
• Ampliación de la casa de gobierno, ubicada en el lugar que hoy ocupa el congreso nacional.
• La penitenciaria central, única construcción efectuada en la joya u Hoya, para esto fue comprado terreno conocido como “el molino”, también se efectuó la compra de la casa de la propiedad del Dr. Ramón Rosa, para instalar la corte suprema de justicia.
• Las compras, las reparaciones y alquileres fueron a cargo de la hacienda nacional.
En las dos primeras décadas del siglo XX, nuevas edificaciones serán construidas:
• Palacio de comunicaciones (HONDUTEL 1916)
• Teatro nacional (1915), cuya primera edificación fue en lado norte de la cantera la isla, destruida en crecida de los ríos grande y del oro.
• La casa presidencial (1916 – 1924), palacio episcopal, hubo edificios construidos en este periodo, pero su lugar lo ocupan hoy otras edificaciones, la casa de gobierno, después la escuela de medicina, hoy lugar que ocupa el congreso nacional, los edificios privados entran también a embellecer la ciudad de Tegucigalpa, casa Uhler, (hoy mendels), edificio Kafati (1916), casa Fortín, parte oeste del edificio del banco central de honduras.
En los inmuebles de la casa presidencial, palacio de comunicaciones (hoy HONDUTEL) teatro nacional y palacio episcopal, y otros que ya no existen se utilizaron piedras de canteras (rosada, gris, verde, amarilla) de los yacimientos en los cerros ubicados al norte de Tegucigalpa, el Chile, saucique y palo pintado.
Significado de su Nombre
Tegucigalpa, se ha creído que esta palabra significa «Cerro de Plata»; aunque se dice que Tegucigalpa significa «En las casas de las piedras puntiagudas».

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