El 2024 viene con buenas noticias para el agro hondureño. Una nueva planta de bioabono comienza operaciones a partir del 2 de enero con productos naturales al 30 por ciento menos que los químicos del mercado nacional.
“Se trata de una buena alternativa para abaratar los costos y reducir pérdidas tomando en consideración el cambio climático”, consideró el agrónomo Renato Gallardo, gerente del complejo industrial en el municipio de Cantarranas, Francisco Morazán, a menos de hora al oriente de la capital.
Gallardo, quien tiene más de 25 años en la investigación, formulación y desarrollo en productos enfocados al agro, le ha explicado a LA TRIBUNAtodo el proceso de pruebas del abono que ya se vende con la marca “Octacore”, precio en planta Cantarranas, en presentaciones sólidos polvo a 220 lempiras y mezcla física granulado pelletizado a 330 lempiras el quintal de 100 libras netas. Frente a los 780 que cuesta actualmente el saco de fertilizantes químicos en el mercado nacional, representa un ahorro del 50 por ciento para los productores.
Con respecto a la efectividad del producto, explicó que durante dos años experimentaron en parcelas de cultivos de café, granos básicos y hortalizas en el corredor de occidente, valle central de Comayagua y Jamastrán, dando como resultado mayor rendimientos a menor costo para los productores en estos momentos que se han encarecido los abonos químicos en el mercado internacional. “Nuestro producto Octacore reforzado con nitrógeno es a base de transformar las materias primas básicas dándole valor agregado y el sello hecho en Honduras”, recalcó.
En un principio, la fábrica comenzará a producir 50 toneladas diarias. La distribución estará a cargo de Industrias Lenca para los departamentos de Intibucá y Marcala; Ecopotect para Comayagua, Yoro y Colón; Elvin Torres y Compañía en Copán y Ocotepque y Agroservicios Vargas para la zona de El Paraíso y Olancho. La fábrica tiene a disposición el teléfono 3294-1612 para las consultas de los productores relacionados al nuevo producto y la tecnología que incorpora.
De acuerdo a sus estimaciones, el uso de este producto le dejará al productor un ahorro del 30 por ciento y podría aumentar hasta el 50 por ciento, dependiendo de las condiciones, buenas prácticas, sanidad vegetal y manejo de diversos aspectos durante el proceso de producción en la finca o el área laboral.
La inversión actual en la fábrica es de 14.7 millones de lempiras y para el 2026 se habrá concluido con 27 millones de lempiras, generando 65 empleos directos y unos 215 empleos indirectos como proveedores de materias primas de varias regiones del país, como Bonito Oriental, Colón, El Progreso, Yoro y la zona de Talanga y Cantarranas.
El especialista reconoció el apoyo que, como sector privado, se está dando al nuevo programa de agricultura orgánico del gobierno de la Presidenta Xiomara Castro a través de las actuales autoridades de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), encabezada por la ministra Laura Suazo y los directores y subdirectores de la Dirección de Ciencia y Tecnología (DICTA), Arturo Galo y Alva Leticia Ochoa, respectivamente. Además, mencionó que se cuenta con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID), a través de su unidad de biofertilizantes a cargo del ingeniero Segura Ponce.
En ese esfuerzo por mejorar la productividad, la SAG, a través de DICTA, ya ha capacitado a unos 60 técnicos en el uso del bioabono Octacore y la aplicación del biopesticida botánico Nicoinsect en sanidad vegetal, enfocado, primeramente, en el Programa de Frijol Orgánico, dando inicio al novedoso programa estatal y del que serán los guías de los productores de diversas zonas del país. (EG)