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La red social X de Elon Musk canceló la cuenta de un desarrollador de software, alegando que la investigación que había realizado sobre la plataforma violaba los términos de servicio de la empresa.
Cabe decir que esto es algo que choca con el discurso del magnate de tener una red social donde la libertad es lo más importante, según él (de todos modos, ya bloqueó a periodistas que cubrían información sobre su gestión al aterrizar en X, por lo que la libertad es de acuerdo a sus intereses).
El tema es que tras la «caótica adquisición» (palabras litarales del medio TechCrunch) de la plataforma por parte de Elon Musk, Travis Brown hizo una investigación sobre X, anteriormente Twitter, que dio muy malas referencias sobre esta red social.
Este desarrollador conocía Twitter
Brown había trabajado en proyectos de código abierto en Twitter durante un año mucho antes del mandato de Musk. Después de la compra, Musk comenzó a investigar el discurso de odio y las suspensiones de cuentas en la plataforma.
Para analizar esto, recopilaba datos a través de una herramienta de software que creó junto con la Open Knowledge Foundation, una organización sin fines de lucro para la transparencia de datos.
Cabe decir que, tras el veto, Brown anunció planes de luchar para restaurar su cuenta con el apoyo de HateAid, una organización alemana que lucha contra la violencia digital. Con la ayuda del grupo, Brown ganó una orden judicial y recuperó su cuenta. Según palabras de Brown: «las acciones de X son un intento de silenciar a los investigadores que monitorean el extremismo y la desinformación en la plataforma».
«Sin embargo, no seremos silenciados y continuaremos recopilando y compartiendo datos, porque todos tenemos derecho a comprender los efectos que estas plataformas tienen en nuestro mundo».
Muchas son las voces que han hablado del crecimiento del discurso de odio y la desinformación en Twitter y también intimidación.
Suspensión y cambio en los términos de uso
Como informa Wired, Brown fue suspendido sin previo aviso por parte de X a principios de julio. Su cuenta volvió a desbloquearse, tras una orden judicial en septiembre, pero luego fue desactivada nuevamente.
Lo más curioso es que la compañía cambió sus términos de servicio el mismo mes para agregar una advertencia para investigadores: «rastrear o raspar los Servicios de cualquier forma, para cualquier propósito sin nuestro consentimiento previo por escrito está expresamente prohibido».
La investigación de Brown ocupó varios titulares cuando Musk recortó la fuerza laboral de la empresa entre una larga serie de medidas como permitir cuentas que habían estado prohibidas de gente que fue vetada por difundir mensajes de odio.
Los datos de Brown también consiguieron recopilar información sobre el número de suscriptores pagos de X, que la compañía no revela abiertamente.
