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Carlota Molina de Lovo: virtuosa diseñadora de alta costura hondureña, la pintura y el buen vestir

Este año 2023, por encargo de su prima Karen Mendoza, pintó una imagen de la Virgen de Suyapa que le fue entregada al Papa Francisco, durante el encuentro comunitario semanal que realiza el religioso en la Plaza de San Pedro en la ciudad del Vaticano, minutos antes de que el pontífice fuese operado.

En el arte de la confección de prendas de vestir exclusivas los trajes de novia son su debilidad, así como los diseños para las palillonas. También ha vestido a reinas de belleza, así mismo ha entregado finos diseños casuales para sus clientas tradicionales.

Tegucigalpa. De su taller salen solo obras de arte. Creaciones manuales únicas que se logran tras largas horas invertidas en patrones, cortes y costura, así como los trazos que marca en sus momentos inventivos con las artes pictóricas.

Son piezas impregnadas con su estilo, creatividad y técnica como si todos sus ingeniosos trabajos se trataran de cuadros de colección, aunque la mayoría son prendas de vestir a la medida. En ese listado de originales propuestas del mundo de las tendencias son sus preferidas: los vestidos de novia y los inigualables trajes de palillonas.

Aunque en su trayectoria en la alta costura también ha logrado vestir a reinas de belleza, y a damas de la sociedad hondureña. En su portafolio de experiencia en el mundo de la moda, además ha agregado la confección de piezas para eventos folclóricos, atuendos para niños, disfraces, entre otros.

Por su extraordinaria vena artística Carlota Aurora Molina Zavala ha ido más allá de las fronteras nacionales logrando enviar sus obras a países de Centroamérica, Israel, España, Estados Unidos, Japón y el Vaticano-Roma.

Tiene 28 años de haber egresado de la carrera de Diseño y Mercadeo de Modas, estudios que realizó en el Instituto Femenino de Estudios Superiores-IFES, de Guatemala, ahora llamada Universidad del Istmo, tiempo en el cual no se ha apartado del mundo creativo desarrollando un importante legado para su patria Honduras y su familia.

Valiosos trajes

Dos meses antes de conmemorarse el aniversario de Independencia comienza la temporada más alta en el taller de Carlota de Lovo. Y es que en el mes de julio arranca la confección de los trajes de palillonas, atuendos que son catalogados como los más esperados entre el público nacional, por su vistosidad, detalles, innovación, en resumen, propuestas únicas, por lo que han acaparado las portadas de los medios de comunicación del país.

La toma de medidas para luego armar los patrones de cada prenda son el pitazo inicial de una carrera contra el tiempo, pues cada palillona espera con ansias el atuendo que lucirá durante las marchas del 15 de septiembre en Danlí, en el oriente del país.

Son casi dos décadas de dedicarse a esta labor de confección de los vistosos trajes de las palillonas del Instituto Cosme García y adelantó que este año serán especiales porque se cumplen los 50 años del centro de enseñanzas.

“Los trajes de palillonas son más complicados porque llevan muchos elementos, además de que me encargo de las botas, guantes, tocados, y los accesorios, por ejemplo, si llevan algo en el cuello, o de las capas”, reveló.

Para cada año ha creado una apuesta diferente y entre sus recientes temáticas plasmadas sobre un traje de palillona destacó al Colibrí Esmeralda y la rosa. De igual manera, ha incluido en estos trajes de fantasía diseños inspirados en el Siglo XVII, con detalles de arte Rococo y Barroco.

Talento a disposición de las novias

Su preciado trabajo ha conquistado a las damas que están por unirse en matrimonio no solo de la región oriental, pues le han solicitado sus diseños desde ciudades como SPS, Tegucigalpa y Comayagua.

“Yo disfruto mucho de la confección de los vestidos de novia, pues no solo es ver o mostrar los diseños, telas, sino que nos permite interactuar con la vida de la joven, con sus sentimientos porque llegan con una ilusión enorme”, expresó.

Del tiempo que le ocupa cada traje nupcial no tiene un referente, porque cada uno ha sido diferente y depende de los detalles elegidos, algunos le demandan de más de dos semanas.

Por esta razón, también varia el precio y el número de piezas a confeccionar durante el año “no he sacado la cuenta sobre cuantas prendas logramos en un año, pero básicamente unas tres por semana, a veces depende de la dificultad, si son vestidos de novia llevan más tiempo, de dos a tres semanas”.

Son prendas que se confeccionan por pedidos, debido a que en la actualidad no dispone de una tienda por lo que, en la actualidad, se ha trazado como meta volver a montar su boutique “porque amo la ropa, la moda, los accesorios, y los zapatos son mi fascinación, algún día quisiera tener una marca de zapatos”.

Piezas únicas

Los materiales que utiliza en sus diseños siempre van de la mano de lo que pida el cliente, pero siempre trata de asesorarles para lograr entregarles una pieza única.

En el caso de las telas siempre apuesta por las que no tengan un brillo muy extremo como el Podesua que es una tela suave y con un leve brillo, o el Mikado que se fabrica a partir de seda natural. En sus propuestas de moda también están presentes los encajes, las blondas, tules bordados, los brocados, pedrería, y plumas.

Es importante destacar que lleva más de una década de trabajar sin parar, gracias a la permanente demanda de sus clientes, sin embargo, desde su regresó a su ciudad natal Danlí, El Paraíso, luego que culminó su etapa formativa en Guatemala decidió emprender y constituyó una tienda con prendas de vestir importadas y luego su atelier.

Sin embargo, luego de unirse en matrimonio decidió poner en pausa sus emprendimientos cada vez que se convirtiera en madre y volvía a retomar sus labores ya cuando sus pequeños comenzaban la etapa escolar.

Arte y valores religiosos

Fue durante las clases de ilustración de moda, en su tiempo de estudiante del nivel superior, el momento en que le encontró mayor atractivo al arte de la pintura, en aquel entonces de la mano de una maestra japonesa que le inculcó la implementación de varias técnicas de la pintura como el óleo, gouache y acrílico, y con esta base comenzó a pintar sus primeros cuadros.

De forma posterior, fue alumna de la artista de la plástica hondureña, Alba Venegas quien impartía cursos en Danlí y “de ella aprendí muchísimo y luego tuve la oportunidad de aprender las técnicas más impresionistas, nada menos que con el maestro de maestros, el artista internacional Luis Ernesto Zepeda (Q.D.D.G)”.

Con el reconocido pintor de acuerdo con Carlota logró una gran amistad, admiración y cariño por lo que compartieron largas jornadas de clases de pintura logrando “hacer cuadros hermosos que aún conserva en su hogar”.

A la fecha, con sus manos ha logrado pintar unos 50 cuadros, de estos unos 20 adornan su casa. Su principal tema de inspiración a la hora de hacer uso del pincel son las flores, porque le encantan las rosas, el tema religioso y los retratos.

Entre sus más emblemáticas obras toman protagonismo la Virgen de Suyapa, el Ángel de la Guarda, y Jesús. “Hay un rostro de Jesús que lo he replicado unas tres veces y la Virgen de Suyapa en unas cuatro ocasiones”.

Llaman tanto la atención sus creaciones que en una ocasión mientras enmarcaba uno de sus cuadros de la Morenita, en una tienda capitalina fue abordada por la reconocida política Gabriela Núñez, quien le solicitó venderle su obra, y aunque no estaba en sus planes venderlo al final aceptó el trato.

“Era una imagen de la Virgen de Suyapa, rodeada de flores, que iba colocada sobre las andas procesionales y se observaban las siluetas de las personas que formaban parte de la procesión”, explicó al tiempo que dijo que el plan es en algún momento replicar el cuadro.

También ha ofrecido en venta obras que fueron llevadas a Israel, Japón y en fecha reciente llegó al Vaticano con un encargo de su prima Karen Mendoza, quien le pidió pintar una imagen de la Virgen de Suyapa que le fue entregada al Papa Francisco, minutos antes de que el pontífice fuese operado.

“Cuando mi prima me solicitó el cuadro sentí una gran emoción y un poco de estrés porque me lo pidió en un momento en que estaba con bastante trabajo, lo pinté a ratos, en las noches, poco a poco, pero cuando vi la foto en que el Papa Francisco lo recibió en sus manos no lo puedo explicar, me quedé sin palabras porque sentí una bendición enorme, porque le llegó en un momento especial por su cirugía”, confió.

“Ese cuadro llegó con tanto amor para él, fue como un recordatorio de la Virgen diciéndole a él (Papa) que no temiera que lo estaba protegiendo y acompañándole siempre”, agregó.

De niña confeccionada ropa para sus muñecas

Carlota Molina de Lovo nació en Danlí, El Paraíso. Esteban Molina Mendoza y Hermila Aurora Zavala Castillo son sus papás, siendo la única niña de la familia, pues tiene dos hermanos varones. “Mi padre es médico pediatra y mi mamá secretaria comercial y fue la asistente de mi papá en la clínica, pero aun así ella tenía mucho tiempo para dedicarlo a nosotros”, aseguró.

De su niñez, dijo que tenía los más bellos recuerdos, ya que de manera libre salía a jugar al parque, no contaban con aparatos electrónicos, “me gustaba hacerles ropa a las muñecas, mi mamá me conseguía tiritas con las costureras locales, también jugábamos a los concursos de belleza, así que mi niñez transcurrió muy bonita”.

Entre sus anécdotas más presentes en su memoria de su tiempo de niña rememoró la vivencia del mundial de fútbol de España 82, estando ella en cuarto grado y la temporada de la telenovela del grupo musical Menudo.

“Salimos corriendo de la escuela, que antes era de doble jornada, y a las 4:00 de la tarde transmitían los episodios de la novela de Menudo, todas mis compañeras iban a mi casa a ver la novela y luego se iban a sus casas”, recordó.

Dedicación para sus hijos

Hace 22 años Carlota se unió ante la ley terrenal y eclesial con el abogado Mario Alberto Lovo, con quien ha compartido su vida desde que eran niños, debido a que fueron compañeros desde el kínder y llegaron juntos hasta el colegio.

“Luego en la etapa de universidad nuestras vidas se separaron un poco, pero luego volvimos a encontrarnos”, logrando un noviazgo de principios hasta llegar al altar. Y fruto de este amor se ha forjado una relación de admiración del uno por el otro, ella describe al padre de sus hijos como un hombre muy dedicado a su trabajo, serio, honrado, capaz, y preparado. También lo considera un hombre íntegro, y dedicado a las actividades gremiales de la Federación de Agricultores y Ganaderos de Honduras-FENAGH.

Así mismo, como su apoyo incondicional en su carrera de madre abnegada para sus dos hijos; Mélida del Carmen y Mario Alfonso, sus dos grandes orgullos.

“Mélida estudia en el Savannah College of Art & Design-SCAD, en Georgia, Estados Unidos, y mi hijo Mario Alfonso, cursa el último año de bachillerato en la Escuela Pebbles and Stones, en Danlí, y al mismo tiempo saca el curso de High School en una escuela de Nasville, Teenesse”, dijo para luego agregar que son lo que más ama.

También recordó que, en sus primeros años de vida, se dedicó al cien por ciento a su rol de madre, “ellos saben que cuentan conmigo siempre, y me siento muy orgullosa de ellos, son muchachos que han mantenido su índice de sobresalientes, somos muy apegados”.

Cuadros inspirados en sus amores

Carlota aseguró que a lo largo de su vida ha tenido cuatro momentos de felicidad a plenitud, el primero fue el día de su boda, luego el nacimiento de su niña Mélida, y otro día inundado de felicidad fue cuando nació su hijo Mario Alfonso y uno más reciente cuando el Papa Francisco recibió el cuadro que ella pintó en su hogar.

Las horas dedicadas a las pinturas de sus hijos, también representan parte de sus momentos felices “los tengo en cuadros en edades pequeñas, con sus juguetes favoritos, y también en edades más avanzadas, pero uno de mis proyectos es pintar nuevamente un cuadro de cada uno en sus etapas actuales, el varón siendo adolescente y mi hija a sus 20 añitos”.

Otro importante proyecto que sigue latente en su faceta de artista de la plástica es pintar un cuadro de la Virgen María “es que yo quisiera que todo el mundo pudiera sentir el amor de madre que nos ofrece la Virgen”.

En su hogar mantiene unas 20 obras de su autoría, algunas de ellas han formado parte de exposiciones para todo público, así como en eventos privados.

Un día en la vida de Carlota

Su día comienza a tempranas horas, pues antes de abrir el taller, dedica unas horas a su labor familiar.

A las 8:00 de la mañana inicia el ajetreo del atelier que va desde la compra de materiales, reunión con clientes, elaboración de patrones, supervisar y corregir prendas, completar detalles que elabora a mano.

“Siempre reviso las prendas que están elaborando las personas que me ayudan en casa, son dos ayudantes permanentes y tengo ayudantes en otras partes de Danlí, porque no nos damos abasto a veces. Hay algunos servicios que me los dan en otros lados, eso es algo por lo que me siento muy feliz, y me llena de mucha satisfacción de que puedo dar trabajo”.

También recibe apoyo del personal de Confecciones Danlidenses, “donde me ayudan muchísimo con otro tipo de prendas”.

La jornada laboral concluye a las 5:00 de la tarde y en ese momento vuelve a retomar las labores del hogar, y la pintura volviendo al descanso a las 9:00 o 10:00 de la noche.

En medio de sus múltiples ocupaciones también ha tenido espacio para participar en actividades sociales, con las Damas Rotarias participó en proyectos de beneficio para el Hospital Gabriela Alvarado, la escuela de la comunidad Los Robles y la remodelación de un área del museo.

Expresiones

“Danlí es mi tierra amada, aunque estudie fuera, en mis planes siempre estuvo volver. Es una ciudad bella, de gente emprendedora”.

“Mi filosofía de vida desde que me levanto es tener un día muy productivo, enfocada en mi hogar, mis padres y tratar de hacer mi trabajo como lo aprendí de San José María Escrivá”.

“Mi padre es un hombre íntegro, que se dedicó a su profesión, honrado en el cumplimiento de sus horarios de trabajo, muy ético, y mi madre una mujer abnegada, y multifacética”.

“Me han encantado los libros de Lucila Gamero de Medina y el libro “El Poder de la Mujer Que Ora” (de la escritora estadounidense Stormie Omartian), un libro que me sirvió mucho en mis primeros años de matrimonio”.

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