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Un equipo científico de la Universidad de Tel Aviv, en Israel, desarrolló un nuevo tipo de tecnología que hace a los robots capaces de percibir olores gracias un sensor biológico que funciona como las antenas de las langostas.
Sensores biohíbridos
Según el estudio que releva este nuevo desarrollo, publicado por la revista científica Biosensors and Bioelectronics, para lograr esta revolucionaria tecnología, los expertos decidieron emplear sensores biohíbridos, que conjugan sensores biológicos animales y componentes electrónicos.
Yossi Yovel, coautor del estudio, detalló que el proceso de creación del novedoso sensor se basó en la medición de la actividad eléctrica generada por un sensor biológico al ser sometido a diferentes aromas, lo que posteriormente permitió crear una «biblioteca de olores» para distinguir unos de otros.
Aún muy lejos de los animales
Así, los científicos lograron determinar que el nuevo sensor «es unas 10 mil veces superior a la de los dispositivos que se utilizan hoy en día», aunque, no obstante el gran avance, los sensores olfativos biológicos de los animales siguen siendo más eficaces.
«Las tecnologías creadas por el hombre aún no pueden competir con millones de años de evolución. Un área en la que vamos especialmente a la zaga del mundo animal es la de la percepción olfativa», explicó el doctor Ben Maoz, también coautor del estudio.
Un futuro promisorio
Los científicos esperan perfeccionar este tipo de dispositivos para acercarse a la capacidad olfativa de los animales, como los perros, que actualmente trabajan en la detección de estupefacientes, explosivos o líquidos peligrosos en los aeropuertos.
De hecho, el equipo científico cree que, con la evolución de esta nueva invención, los robots también podrán colaborar en la detección temprana de enfermedades que pueden ser olfateadas.
