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La impresión de piel en 3D para dejar de hacer pruebas cosméticas en animales

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Desde 2013, no está permitida en la Unión Europea la comercialización de productos cosméticos testados previamente en animales. Es decir, podría decirse que todos los productos cosméticos europeos son desde entonces cruelty free. Esto ha llevado a la necesidad de buscar alternativas, como la piel artificial. Pero hay un problema y es que esta es a veces difícil de obtener. Por eso, una nueva investigación, que analiza la posibilidad de imprimir esta piel con una impresora 3D, será un gran avance, tanto para mejorar los protocolos en los países que no testan en animales como para animar a los que aún lo hacen a que se sumen al cambio.

La investigación ha sido publicada por científicos de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de São Paulo (FCF-USP), en Brasil. Este es un país que lleva varios años tratando de caminar hacia la prohibición total de productos cosméticos testados en animales. No obstante, aún le quedan algunos pasos para situarse a la altura de Europa, por ejemplo. Por eso, los autores del estudio señalan que, con su investigación, quieren poner un granito de arena para facilitar la obtención de productos cosméticos cruelty free.

De momento, la investigación, publicada en la revista Bioprinting, demuestra que la piel artificial impresa en 3D es tan eficaz como la que previamente se sintetizaba manualmente. No obstante, sí que puede tener algunas limitaciones que todavía deben estudiarse. Aun así, sigue habiendo alternativas suficientes para no tener que recurrir a los animales. Todos los países que lo han prohibido son un buen ejemplo de ello.

¿Por qué se probaban los cosméticos en animales?

Algunos productos dermatológicos, ya sea con fines cosméticos o farmacéuticos, pueden contener sustancias que irriten la piel.

Por eso, en 1944 se desarrolló el test de Draize. Este consiste en tomar 0,5 ml o 0,5 g de la sustancia a analizar, aplicarla sobre el ojo o la piel rasurada de un conejo, y dejarla ahí durante un tiempo concreto. Después, se enjuaga y se comprueba si se ha producido algún tipo de irritación en el animal.

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