La NASA suma y sigue y su nuevo proyecto con nombre FLUTE, busca crear un telescopio fluídico, que superará en hasta 100 veces el tamaño actual del James Webb, basándose en el moldeado de fluidos que permite crear grandes lentes directamente en el espacio.
La NASA nunca cesa es sus innovaciones y, pese al increíble telescopio James Webb, el más potente jamás lanzado al espacio, la agencia ya ha puesto el foco en otra novedad: crear lentes líquidas para fabricar un telescopio gigantesco de un tamaño quizá 100 veces superior al Webb, en el propio espacio y así evitar el imposible envío desde la Tierra.
En un nuevo artículo en su página web, la NASA escribe que está explorando nuevas formas y materiales fluidos para construir telescopios gigantes con su programa FLUTE. «Cuando se trata de telescopios, más grande es mejor», escribe. «Los telescopios más grandes recogen más luz y permiten a los astrónomos mirar más lejos en el espacio y ver objetos distantes con mayor detalle», añade.
El astronauta israelí Eytan Stibbe, a bordo de la Misión Axiom 1 (que tiene previsto enviar a cuatro personas a la ISS para una estancia de ocho días), será quién lleve a cabo el experimento: explorar si es posible fabricar lentes y espejos de alta precisión en el espacio utilizando líquidos.
«Pensamos: ¿por qué no aprovechar el modo en que los líquidos se comportan de forma natural en microgravedad y aplicarlo a la construcción de telescopios a gran escala o componentes ópticos fabricados en el espacio que puedan tener todo tipo de usos?», explica Edward Balaban, investigador principal del Experimento de Telescopios Fluídicos (FLUTE) en el Centro de Investigación Ames de la NASA.