El ser humano ya tiene claro que el espacio es la última frontera. Para eso la NASA y el resto de agencias, como la ESA, están trabajando en nuevos cohetes, trajes espaciales… la Tierra se nos ha quedado pequeña y ya miramos a nuestros hermanos del Sistema Solar.

El Rover de Marte es una maravilla de la innovación humana. La exploración en el espacio siempre ha contado con tecnologías de vanguardia e innovaciones únicas que permiten pensar rápidamente y resolver problemas que simplemente no existen en la superficie de la Tierra.

Este desafío único obliga a los investigadores a plantearse mejores aplicaciones para cosas que parecían consolidadas, como el retrete, la cama o incluso la rueda. Cuando la NASA envía astronautas u objetos al espacio, estos deben prepararse para cualquier improvisto.

Allá afuera estamos solos, solo nuestras herramientas e ingenio pueden salvarnos. En ese sentido, uno de los grandes problemas a los que se han enfrentado recientemente los científicos de la NASA fue tener que reimaginar la movilidad del vehículo explorador de Marte (Sistema Solar).

El diseño de las ruedas no estaba a la altura cuando se trataba de conducir el rover por la superficie marciana. Los modelos anteriores que atravesaron la Luna y Marte se enfrentaron a circunstancias únicas, pero nada parecido a las exigencias de la nueva clase de rover que se estaba diseñando para las misiones a Marte.

Al final, los científicos probaron varias opciones, pero lograron un gran avance en el diseño de las ruedas con el uso de aleaciones con memoria que podría revolucionar la forma en que los humanos piensan en el movimiento, según la NASA.

Reinventando la rueda para conquistar el espacio

El problema más acuciante al que se enfrentó el equipo de ingeniería del rover de Marte fue el enorme peso del propio vehículo. Para poder ofrecer un vehículo apto para la exploración en el planeta rojo, los ingenieros tuvieron que crear una unidad mucho más pesada.

Por un lado, las ruedas de este rover se diseñaron con la intención de batir todos los récords anteriores de distancia. Esto significa que el rover y sus ruedas tienen que ser mucho más duraderos, para aumentar el peso total de la unidad.

Y, sin embargo, incluso antes de tener en cuenta las nuevas características de peso en el diseño, los ingenieros sabían que debían reinventar el sistema de propulsión de este explorador.

Las experiencias anteriores de conducción en la superficie de Marte hicieron que los ingenieros de la NASA fueran muy conscientes de los problemas de durabilidad de los neumáticos de aluminio. El aluminio es un material ligero y resistente, pero tras unos pocos viajes quedan inservibles.

Fuente: computerhoy.com