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Construir el metaverso antes de que termine la década. Esa es la titánica empresa en la que, actualmente, se están volcando tecnológicas de todo el mundo; aunque ninguna con el afán de Facebook, compañía rebautizada como Meta hace algo más de una semana. Uno de los grandes problemas con los que se encontrará esa suerte de submundo digital, en el que, según explican, podremos comprar, jugar a videojuegos o ir a trabajar mediante el empleo de avatares digitales y hologramas, es la falta de democratización de las herramientas que, sobre el papel, lo harán posible: los visores y gafas de realidad virtual y realidad aumentada.
Ahora Meta se ha propuesto extender el uso y conocimiento de este tipo de dispositivos abriendo varias tiendas en todo el mundo destinadas, en concreto, a comercializar los productos que desarrolla y que lo harán posible. Así, al menos, se lo han explicado personas conocedoras del plan de la tecnológica a ‘ The New York Times‘. El objetivo de las tiendas, de acuerdo con el medio, es provocar «curiosidad y cercanía» por el metaverso y las herramientas imprescindibles para su democratización.
El plan de Meta no es nuevo. Según se apunta, la empresa lleva estudiando la posibilidad de abrir tiendas físicas en las que comercializar visores de la marca Oculus entre otros dispositivos desde hace cerca de un año. Antes, incluso, de que en la mente de Zuckerberg comenzase a sobrevolar la idea de cambiar el nombre de Facebook. A pesar de que se lleva tiempo trabajando en la idea, desde ‘The New York Times’ avisan de que, finalmente, podría terminar descartada.
Cabe recordar que, desde el pasado verano, Facebook ha estado lanzando mensajes en los que deja claro que el negocio del futuro, para la empresa, pasa más por el metaverso que por las redes sociales. Esas que han convertido a su director ejecutivo en una de las cinco personas más ricas del mundo. El creciente interés por el metaverso, que se deja ver ahora incluso en el nombre de la matriz que engloba a todas las aplicaciones y divisiones de la tecnológica, también ha coincidido en el tiempo con la filtración de miles de documentos internos de la red social. En ellos queda patente que la empresa ha sido consciente durante años de problemas como la prevalencia de contenido tóxico en Facebook.
Frances Haugen, extrabajadora de la red social detrás de la filtración, incluso ha acusado a la tecnológica, y más en concreto a Zuckerberg, de poner el beneficio económico por delante de la salud de los usuarios. La ingeniera también ha valorado de forma negativa el creciente interés de la empresa en la construcción del metaverso. «Facebook elige la expansión y nuevas áreas en lugar de cuidar de lo que ya ha hecho», afirmó Haugen hace una semana en la jornada inaugural del evento Web Summit.
Efectivamente, si Facebook, y el resto de compañías involucradas quieren que el metaverso fragüe, será necesario que la tecnología destinada a hacerlo posible cristalice. A pesar de que, durante años, se ha llamado la atención sobre las posibilidades de este tipo de tecnología, esta se ha mostrado incapaz de despegar. En buena medida, por culpa del alto coste de los dispositivos.
