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“Exactamente Juana”, más allá de “la poeta de la calle”

Tegucigalpa,Honduras jueves 19 agosto 2021

En el marco del bicentenario, «Exactamente Juana», es la última publicación del historiador y escritor Rolando Sierra, en la cual recoge las andanzas de una de las poetisas más irreverentes de Honduras, quien construyó un discurso sobre sí y sobre la creación poética, que muchos consideraron como “…atrevida, desinhibida» desde donde «rechaza y enfrenta valientemente la sociedad hondureña»

– El libro surge de los diálogos formales e informales entre el autor y la irreverente Juana.

Auspiciada por Mujeres en las Artes (MUA), Exactamente Juana es una reconstrucción biográfica de la poetisa que nació en San Marcos de Colón, en el sureño departamento de Choluteca, el 20 de julio de 1945, el día en que se festeja al cacique Lempira, que, de acuerdo con la leyenda y los historiadores de época, se enfrentó a la conquista española.

Exactamente Juana, es una narrativa en donde el autor -Rolando Sierra- no victimiza ni revictimiza a la poetisa, al contrario, la coloca en su contexto y potencia incluso la visión que ésta tenía acerca de las masculinidades.

Hija de un maestro rural que llegó a trabajar a una comunidad de San Marcos de Colón, como pagador de la compañía norteamericana que construía la carretera panamericana, Juana Pavón o “Juana, la loca” como se le conoció popularmente, no pudo conocer a su madre, quien murió en el parto, tenía apenas 14 años. Gregoria Pavón Garay, la madre de Juana Pavón, era oriunda de Pespire, Choluteca, y fue una de las tantas víctimas de los embarazos precoces en adolescentes, un hecho que sigue quitando vida a mujeres menores en pleno siglo XXI.

Su padre, Hernán Velásquez de León, originario de Tegucigalpa, era un hombre víctima del alcoholismo y como bien cita el autor a Juana en sus relatos, su padre “… cuando le pagaban se iba a beber semanas y meses. En una de esas idas a beber, mi mamá me dio a luz y se murió en el parto, porque le faltaban tres meses para cumplir quince años. Mi papá llegó al mes a verme a la clínica. Le dijeron que su mujer había muerto y que tenía una niña. Él se puso a beber y a beber, y me fue a reclamar, pero el doctor le dijo que borracho no me podía entregar. Él se regresó a Tegucigalpa y se murió poco después, de una intoxicación. Eso me han contado las gentes del pueblo”. (Pavón, J; 2003).

Juana Pavón fue calificada como la poeta erótica de la libertad.

En completa orfandad, la poetisa hondureña fue adoptada por el médico Francisco Mata, quien atendió a su madre en el parto. La asentó con el nombre de Janette Mata y, años más tarde, la esposa de éste le cambió el nombre por Margarita Velásquez Pavón, que es el que tenía en su última cédula de identidad, destaca el libro de Sierra.

Pero Juana no pudo disfrutar de sus padres adoptivos, pues la conflictividad política de la época, producto de los años en el poder del caríato, llevaron al doctor Mata al exilio y dejó a Juana en un orfanato en la capital. Y así fue su vida, rodeada de religiosas y religión. Con la asunción de Villeda Morales, el padre adoptivo de Juana Pavón regresó al país, y la puso a estudiar en la Escuela Normal de Señoritas de Villa Ahumada, en Danlí, de ahí regresó al sur y estuvo interna en el colegio de monjas que hoy es el Santa María Goretti de Choluteca, uno de los más prestigiosos centros educativos del país.

“Exactamente Juana”, presenta la cosmovisión de la escritora, la coloca en el contexto del país y sus desigualdades, las crisis políticas, la exclusión, la pobreza y su eterno peregrinaje con su poesía a favor de las causas sociales, cargadas de una irreverencia al poder que no pasó inadvertida dentro de la vida cultural, social y literaria de Honduras.

Marcada por la intemperie

“Al acercarse a la trayectoria de vida de Juana Velásquez Pavón en sus diferentes etapas, desde su nacimiento, niñez, juventud, adultez y vejez se observa que su vida transcurrió a la intemperie, sin techo propio, propiedades personales y muy poca protección. Físicamente sin la “habitación propia’’ y la independencia económica que demandaba Virginia Woolf para que las mujeres pudieran escribir, pero sí con la suficiente independencia personal para expresarse (Véase Woolf, V; 2005). Razón por la cual, la crítica literaria norteamericana Janet Gold llamó a Juana la “poeta de la calle” (Gold, J; 2001: 142), o “la poeta del hambre” para el músico hondureño Alex Palencia (1986), porque la poeta escribió desde su experiencia de orfandad, olvido, de soledades diurnas y nocturnas”, destaca Sierra en su escrito.

Juana Pavón (1945 – 2019) publicó dos libros de poesía Yo soy esa sujeto (1994) y Exacta (2004), así como poemas impresos en afiches o pósteres. También presentó y declamó su poesía en diferentes lugares del país y Centroamérica.

Fuente: La Tribuna

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