Lo lógico en un primer momento era probar con teléfonos plegables, que se doblaran sobre un sólo punto para así controlar mejor el desgaste de la pantalla y comprobar su durabilidad. Y ahora le toca el turno a las smartphones enrollables.

En este campo, como es habitual, es Samsung quien ha tomado la delantera (junto a TCL), y lo hemos descubierto gracias a la patente que ha presentado la empresa coreana donde se muestra un teléfono que podría enrollar y desenrollar su pantalla para adaptarse a cada situación.

Como se puede observar el teléfono seria algo grueso, con parte de la pantalla doblada en la parte de detrás y, a través de una pestaña corredera, podríamos deslizar la pantalla para hacerla crecer en hasta un 50% de su tamaño (aunque parece indicar que este proceso no será manual, sino a través de un botón dentro del sistema operativo).

El diseño del teléfono por tanto, podría crecer en el frontal, deslizando un trozo de pantalla extra que quedaría colgando debido a que no tendría parte trasera que lo sujetara al chasis del teléfono de forma sólida.

Pero entendemos que desde Samsung habrán ideado la forma de que esta solución sea segura y duradera.