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Una nueva vida para los viejos móviles… y a competir de nuevo

En un claro ejemplo de economía circular, varias compañías se dedican con éxito a reacondicionar dispositivos ya casi en desuso, más de 45 millones de terminales en España

Una nueva vida para los viejos móviles... y a competir de nuevo

El ya finalizado y tan singular 2020 ha sido el primer año en que se han vendido menos móviles respecto al año anterior. Salvo una excepción: la de los terminales de segunda mano, cuya comercialización ha aumentado un 9,2%, según datos de la consultora IDC. Se conocen como teléfonos reacondicionados, pues son restaurados antes de volver al mercado.

La venta de este tipo de terminales suele ser algo que ciertos fabricantes de teléfonos llevan a cabo con una doble función. De un lado, incentivan a sus usuarios al darles dinero por su viejo dispositivo para adquirir otro más moderno. Por otro, facilitan la economía circular al generar menos residuos y ser más respetuosos con el medio ambiente.

Por ejemplo, Apple tiene su programa Trade In, mediante el cual un usuario puede entregar un dispositivo antiguo a cambio de un descuento directo si adquiere un terminal de esa compañía, aunque más actual, o bien una tarjeta regalo (para gastar en su Apple Store). Y si el dispositivo que deja está en buen estado, los fabricantes se encargan de mandar a reacondicionarlo para ponerlo de nuevo a la venta. Si, por el contrario, es demasiado viejo las empresas lo reciclan.

Según los responsables de Apple, cuando se reciclan estos terminales la mayor parte del aluminio recuperado se utiliza para fabricar las carcasas de otros productos, como los portátiles. Y el cobalto de las baterías sirve para crear otras nuevas. Se trata de una manera de evitar que se tengan que seguir extrayendo materiales y minerales de la tierra.

Desde 2017 los fabricantes están obligados en España a recoger los viejos productos electrónicos de los usuarios y, además, a proceder a su reciclaje cuando ya no tienen vida útil. Se calcula que un teléfono móvil puede tener hasta 40 de los metales recogidos en el sistema periódico: unos básicos como el cobre y el estaño;otros especiales como el cobalto, el indio y el antimonio; y otros preciosos como la plata, el oro y el paladio. La extracción de muchos es costosa y escasa, por lo que este sector de residuos está siendo considerado ya como una forma de minería urbana.

Pero, ¿de qué volumen de móviles viejos estaríamos hablando? Según un estudio del portal ReBuy, los teléfonos de este tipo arrinconados en España podrían tener un valor conjunto de venta (por los metales que aún llevan) de casi 115 millones de euros, cifra que se elevaría a 1.900 millones si consideramos todos los dispositivos dejados a un lado en los 27 Estados de la UE. Cada persona que vive en España tiene casi un móvil en uso (la tasa per cápita es de 0,91) y otro en el cajón (0,97), lo que supondría 45,4 millones de terminales que solo estarían ocupando espacio.

Otra forma de hacer marca

Es tal el negocio que hay alrededor de los móviles reacondicionados que han surgido empresas que incluso hacen negocio con ellos. Es el caso de Smaaart, una compañía francesa que ha iniciado su proceso de internacionalización apostando por España, después de haber vendido más de 90.000 terminales en Francia.

En lugar de adquirir los teléfonos a los usuarios, compra los móviles a operadoras y a empresas. «También los adquirimos de organizaciones que recogen los residuos electrónicos como lavadoras, pequeños electrodomésticos y ‘smartphones’», explican.

Los adquieren de todas las marcas. «No tendría sentido comprar solo algunas», apuntan desde la compañía. Cuando llega un móvil, valoran si tiene un sistema operativo que se puede actualizar –en caso contrario va al reciclaje de sus elementos–, y si pueden o no recuperar el dinero que dedican a reparar y reacondicionarlo. Una última opción es usar las piezas del terminal para reparar otros móviles.

Después de ‘devolverles a la vida’, los terminales reacondicionados se venden con su antigua marca pero en cajas con el logo de Smaaart. Desde la empresa lo justifican en que son ellos los que avalan que estos teléfonos de segunda mano son 100% funcionales y están garantizados, con piezas y mano de obra de la compañía. De hecho, se comercializan con una garantía de entre 12 y 24 meses, esto es, un plazo parecido al período asegurado que se suele ofrecer con muchos teléfonos móviles nuevos.

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