
La Lima, Honduras. 14.10.2019
Unidos por la fe y con la misma visión de servicio espiritual y material tres sacerdotes de origen español llegaron a Honduras en la década de los 70, se radicaron en La Lima y lograron construir no solo la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe sino que varias casas de los campesinos que no tenían donde vivir en aquella época.
El sacerdote José Gómez llegó en el mes de octubre del año 1979 a San Pedro Sula, ciudad en la que estuvo 13 años, pero después se radicó en La Lima; aseguró recordar como si fuera un hecho reciente la forma de vida de varias familias que vivían prácticamente en la intemperie.
“Hicimos varias colonias para los campesinos que aquí vivían, les enseñamos a hacer el trabajo, nosotros pusimos el material, en aquella época se venían muchas personas de San Manuel y El Progreso, la Planeta no existía y así la comunidad fue creciendo y durante esto años hemos trabajado sirviendo a los habitantes de esta zona para que tengan mejores condiciones de vida”, manifestó Gómez.
El sacerdote destacó el servicio espiritual en el que han tenido un buen crecimiento, dijo que la iglesia era un pequeño barraconcito y a lo largo de los años la fueron modificando hasta convertirla en un salón parroquial.
Dentro de las actividades que los párrocos han hecho está el de convertir a muchos en catequistas, animadores para grupos que se reúnen para interceder en oración y además le han dado prioridad al área de salud y apoyo a personas de la tercera edad.
La Lima cuenta con un dispensario médico al que llegan muchas familias para suplir sus necesidades en esa área.
“Teníamos seis meses de haber llegado a este lugar y nos dimos cuenta de las necesidades en el área de salud y fue así que pensamos en brindarles este servicio”, expresó Gómez.
El doctor Alfonso Hernández, atiende a personas con enfermedades crónicas y dijo que trata de darle solución a esos problemas de salud y los que más llegan son pacientes con diabetes e hipertensos, y ahí les dan los medicamentos.

El proyecto social del área de salud también lo han expandido en Nuevo San Juan a raíz de las enfermedades que aquejan a los vecinos de ese lugar y además el 90% de los obreros de las bananeras ya no cuentan con seguro médico por lo que esta acción social los beneficia.
El trabajo de los sacerdotes no solo beneficia el área de salud, sino que también tiene un asilo en el que al menos 20 adultos mayores son atendidos, otra obra de amor por parte de los padres es un comedor para niños.
Juan Marín Torrecilla, es otro de los sacerdotes que dio parte de su vida al servicio de estas comunidades y aunque recientemente se fue a España, tuvo el privilegio de compartir con los hondureños por más de 12 años.
Cuando vine a La Lima recuerdo que eran grandes campos bananeros y poco a poco se fue poblando, gracias a Dios teníamos un carrito y ahí transportábamos el cemento para construir las casas de las familias, esos son bonitos recuerdos”, manifestó Torrecilla.
Juan Matías Caballero también expresó su encanto por la ciudad de La Lima y en particular por todo el país, dijo que también se iba a España a continuar trabajos eclesiásticos pero que se lleva muy buenos recuerdos sobre todo la sencillez de la gente.

“En el asilo tenemos 27 abuelos de varias partes del país, aquí se les da alimentación, ropa y medicamentos”. Felícita Escalante.
“Atendemos a los pacientes los lunes, jueves y sábado, vienen unos 60 a la semana y tratamos de darles todos los medicamentos que necesitan”. Alfonso Hernández.
Fuente: Elpais.hn
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