26/05/2018
A sus 44 años este artista autodidacta se ha esmerado por desarrollar su gran ingenio con la pintura para envolver en un mundo lleno de colores a los que aprecian sus grandes obras.
En su pequeño estudio hay pinceles, pintura y cuadros que transportan a las personas a una vida llena de colores y encanto. Sus obras han cruzado fronteras, a tal grado que su fino talento ha llegado a Israel, Europa, México, Panamá y Estados Unidos.
Este apasionado pintor innato reside en San Pedro Sula y manifestó que hacer diferentes obras lo llena de vida porque a través de su talento otras personas se inspiran al visualizar sus trabajos. Raúl Mendoza, es un hombre que siempre se hace acompañar por su pincel, brochas, aceites, paleta, espátulas, lápices grafito, acuarelas, óleo, agua, lienzo y otras herramientas que lo han acompañado durante 24 años cuando decidió dedicarse a ese mundo mágico. En su pequeño, pero cálido estudio hay muchos cuadros de niños jugando mables, una mujer moliendo maíz, mujeres en medio de la naturaleza, una pintura de la Mona Lisa y una obra de cómo son las casas en las bananeras.
Mientras hacía lo que más le apasiona contó que maneja todas las técnicas de pintura como el acrílico, acuarela y carboncillo, pero la que más usa es la pintura al óleo sobre lienzo, además hace la elaboración de retratos, figura humana y lo que me pida la gente. Se le preguntó dónde aprendió a pintar y respondió que “creo que siempre he tenido este talento y agradezco a Dios por haberlo puesto en mi. Desde hace 24 años me dedico de lleno a la pintura. Pinto de todo, pero lo que más me apasiona es la figura humana, pintar a la mujer con respeto, dignidad. De repente en algunos desnudos que pinto siempre uso la discreción en no mostrar un desnudo tan abierto, sino que más que todo una figura poética y representar a la mujer como algo precioso”. Este artista es autodidacta y mencionó que únicamente Dios ha sido su maestro debido a que no ha recibido estudios en ninguna escuela de bellas artes ni cursos porque por cuestiones económicas solo pudo estudiar la primaria. Desde niño descubrió esta fina destreza porque en la escuela hacía caricaturas del rostro de sus maestros y les manchaba los cuadernos a sus hermanos. Raúl ha vivido de sus obras y expone sus pinturas en galerías de arte, en hoteles y centros comerciales. Detalló que su trabajo lo mueven algunos corredores de arte. “Se vende porque es algo que lo hago con mucha dedicación y cuando uno se entrega trata de hacer lo mejor, eso es lo que le gusta a la gente porque no es pintar por pintar sino desarrollarlo con un sentimiento poético y eso hace que las obras se vendan porque no son sencillas sino bastante representativas” afirmó mientras mezclaba varios colores para darle realce a una de sus pinturas.

Mendoza expresó que a veces pinta algo que está recalcado en fotografía y algunos detalles o el trasfondo la mayoría de ocasiones son imaginarios. Refirió que cuando dibuja a mujeres la imagen está en su mente y va plasmando la idea en papel. Todos los objetos, la armonía que pone en cada obra es imaginación propia. “Cuando la musa (imaginación infinita) me visi
ta me enfoco un poco y ahí empieza uno a desarrollar una imagen y a ponerle algo que se mire muy bien para la elaboración de la obra”. Se le consultó cuántos cuadros ha hecho y entre risas contestó que ha elaborado muchos cuadros y hasta ha perdido la cuenta. Algunas de sus obras están fuera del país como Europa, México, Estados Unidos, Panamá incluso en Israel una clienta expone sus obras. “Tengo una clienta que es de Israel y ella me ha pedido cuadros de Honduras, del costumbrismo, por ejemplo: niños cortando café, niños pescando, carreta de bueyes, paisajes de casas, aldeas, así como de nuestra tierra”, refirió sin soltar su pincel y la paleta en donde mezcla la variedad de colores.
Mendoza asegura que le dedica mucho tiempo a la pintura y más cuando trabaja en la técnica del óleo porque detalló que en esta técnica hay un tiempo de tardanza de la pintura. “Si estoy trabajando con tres obras podría tardarme más del mes. Depende de lo que estoy pintando porque algunas son de formatos muy grandes”. Su mejor pasatiempo es estar en el estudio de su casa porque desde que entra a ese lugar su mundo se transforma para hacer volar la imaginación. Comentó que sus pinceles no le pueden faltar porque los usa para hacer los detalles y también utiliza otras herramientas para definir la textura y hacer delineados precisos. En todas sus obras la pintura que usa es especial. Cuando la gente le pide cuadros en acrílico los hace con mucha paciencia y dedicación aunque la técnica del óleo la maneja mejor porque considera que los detalles, el parecido y el realismo lo maneja a cabalidad.
Mendoza espera seguir teniendo la aceptación de todos los sampedranos y personas de otros países aunque hizo saber que “la obra en este país no tiene el precio que se pueda valorar porque muchas veces no apreciamos del arte, pero seguiré mi trayecto como pintor”, finalizó.

Fuente: elpais.hn