Inicio - Ciencia y Tecnología - Hace 3.000 años, hubo una enorme anomalía del campo magnético de la Tierra. Lo acabamos de confirmar gracias a unos ladrillos

Hace 3.000 años, hubo una enorme anomalía del campo magnético de la Tierra. Lo acabamos de confirmar gracias a unos ladrillos

campo magnético

Hace unos 3.000 años, en la antigua Mesopotamia, unos artesanos decidieron marcar los ladrillos de arcilla que horneaban con los nombres de sus reyes. No podían ni sospecharlo, pero nos estaban dando una herramienta descomunal para conocer el pasado del campo magnético de la Tierra.

Sabemos muy poco del campo magnético de la Tierra. Como no conocemos totalmente los mecanismos que originan el campo geomagnético en el núcleo de la Tierra, hay muchas cosas que se nos escapan. Sobre todo, cuando hablamos de variaciones rápidas de éste; fenómenos que sabemos que ocurren, pero que son dificilísimos de identificar.

Por eso, los científicos llevan décadas tratando de reunir evidencias pelomagnéticas y arqueomagnéticas que permitan conocer (y analizar) la evolución del campo magnético en todos esos miles de años que hubo antes de la aparición de los instrumentos contemporáneos.

Gracias a ello y mientras analizaban datos arqueomagnéticos de Europa del Este, China o incluso las islas Azores, Shaar y su equipo descubrieron una rápida anomalía positiva del campo magnético en la zona de Mesopotamia en torno al 1050 y el 700 antes de Cristo. Nadie sabía cómo, ni por qué: pero parece claro que ese aumento de la intensidad del campo magnético se dio en esa zona.

Y más raro aún: la evidencia en la misma Mesopotamia era muy escasa.

anomalía

Hasta ahora. Ahora, un equipo del University College de Londres ha examinado 32 ladrillos perfectamente datados (porque, en aquella época, se solía marcar con todo lujo de detalles el reinado en el que se «acuñaban» los ladrillos) y han examinado las características magnéticas del metal que contenían.

Si la anomalía magnética había existido no solo nos permitiría confirmarlo, sino que nos daría un punto de referencia para datar objetos que (por no tener elementos de origen orgánico) eran difíciles de datar con precisión.

Y así fue. El análisis de los ladrillos demostró los cambios en el campo magnético y, de hecho, lo hizo con una precisión increíble. Sobre todo, porque en cinco de las muestras que databan del reinado de Nabucodonosor II  (en torno al 604 y el 562 antes de Cristo), indicaban que el campo magnético de la Tierra cambió drásticamente durante ese período.

Poco a poco y con mucho esfuerzo, la historia del campo magnético de la Tierra empieza a tomar forma. Aún queda mucho, pero el gran enigma geomagnético

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