Tegucigalpa. 06.04.2023
Los niños de la comunidad parroquial de la iglesia El Calvario, de Comayagüela han venido siendo parte de esta evangelización por casi una década, y este año no es la excepción, ya que 35 menores son parte de los cuadros vivos que representaron la pasión y muerte de Jesucristo.
Los infantes se han venido preparando por meses para mostrar en cada una de las catorce estaciones un mensaje de amor de Jesús hacia su pueblo con el fin de alcanzar una conversión real.
Esta actividad dirigida por los niños, involucra a la feligresía católica adulta y a las familias como ejemplo de unidad y amor.
Los adultos destacan la mirada de los niños, ese amor puro e incondicional de Dios al entregar a su hijo para la salvación de la humanidad.
Los niños que participaron en el viacrucis infantil, están entre las edades de 6 a 13 años y su vestuario fue preparado gracias al esfuerzo y dedicación de sus padres.
El recorrido será el día miércoles a las 6:30 pm en las mediaciones de los barrios: Lempira y El Calvario.
Jesús es representado por Esteban Matute quien asegura que con su participación es una forma de alabar y agradecer a Nuestro Jesús, porque se sacrificó por él y todo el mundo. “Se me hace la forma más fácil para darle las gracias por sacrificarse por nosotros”.
El papel del diablo está a cargo de Scarleth Centeno, y ella manda un mensaje sobre las tentaciones que Jesucristo sufrió y de igual manera, nosotros como hijos de Dios también somos tentados constantemente.
Andreany Hernández representa a María madre, y manifiesta que para ella este papel es muy importante porque la madre estuvo desde su nacimiento hasta su muerte, lo que la llena de orgullo personificar quien estuvo siempre en la vida de Jesús.
“Todos los Miércoles Santos en nuestra parroquia se realiza el viacrucis de los niños, esto se ha convertido en una bella tradición, es muy importante para nosotros. Jesús nos dice dejad que los niños vengan a mí y es una ocasión hermosa para acercar a los niños a la persona de Jesucristo” expresó el padre Eduardo Mancía, parróco de la iglesia El Calvario de Comayagüela.
“Nuestros pequeños personifican, la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y con esto se sensibilizan en el misterio de Cristo que ha ofrecido su vida para la salvación de cada uno de nosotros” agregó Mancía.