El satélite ERBS (Satélite de Balance de Radiación Terrestre, por sus siglas en inglés) de la NASA ha regresado a Tierra firme tras casi cuatro décadas orbitando nuestro planeta. Fue el 8 de enero cuando el ERBS volvió a entrar a la atmósfera terrestre, exactamente a las 23:04 horas (horario local). Así, la agencia espacial estadounidense cierra con broche de oro una era de exploración espacial, mientras se encuentra renovando sus satélites con ejemplares modernos y con tecnología de última generación.
Por su parte, el ERBS mantuvo activas sus funciones de exploración durante sus primeros 21 años en órbita, siendo su lanzamiento en octubre de 1984. Durante ese tiempo, se dedicó a investigar cómo la Tierra absorbe y emite radiación proveniente del Sol. Además, también compilaba y llevaba a cabo medidas del ozono estratosférico, el vapor de agua, dióxido de nitrógeno y los aerosoles.
Ahora, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos ha confirmado que el satélite de aproximadamente 2.450 kilos ha entrado a la atmósfera terrestre, sobre el mar de Bering. La NASA esperaba que gran parte del cuerpo se quemase por la fricción atmosférica, con algunos componentes como únicos supervivientes. Pues bien, parece que así ha sido, y parte de este satélite podría usarse en otros proyectos futuros.
El satélite ERBS de la NASA marcó una época brillante para la exploración de nuestro planeta
A cientos o miles de kilómetros sobre nuestras cabezas, miles de satélites recopilan información en todo momento sobre diversas actividades de nuestro planeta. Ya sean naturales o creadas por nosotros, esto nos permite entender cómo actúa nuestro planeta a una escala mucho más grande.
Para esto, en 1984 se lanzó una serie de satélites, conformando la misión ERBE. Por supuesto, el ERBS formaba parte de esta última, y llevaba consigo tres instrumentos para medir la energía radiativa de la Tierra y los componentes estratosféricos, incluyendo el preocupante ozono.