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El resort Vinpearl de Nha Trang, Vietnam, es actualmente el único en el mundo equipado con un submarino capaz de combinar la experiencia turística con la educación ambiental. A través de sus grandes ventanales panorámicos y con la máxima comodidad, los pasajeros pueden admirar pecios, animales, arrecifes de coral y un espectáculo submarino inigualable, con el objetivo de concienciar sobre la difícil situación de nuestros océanos y el rápido y generalizado declive de los arrecifes de coral y la vida marina.
El submarino Triton DeepView 24 ha sido diseñado y construido por el equipo de San Cugat del Vallès, Barcelona, de la empresa estadounidense Triton. Cuenta con una estructura modular capaz de transportar hasta 24 individuos a cien metros de profundidad para misiones de 30 minutos a un precio de 60 dólares. Es silencioso, sin emisiones de carbono ni efluentes y es un claro ejemplo de turismo medioambiental, donde la diversión se combina con el descubrimiento del planeta y sus desafíos.
Así, mientras la Luna vuelve a estar de moda y Marte también forma parte de los planes de exploración espacial, la verdadera nueva frontera aún por desvelar son los fondos marinos. Entre el turismo subacuático propriamente dicho e iniciativas exclusivamente lúdicas, también florecen proyectos cuyo fin principal es concienciar a la ciudadanía sobre la necesidad de profundizar en el conocimiento de los abismos oceánicos, para proteger el ecosistema marino y, en consecuencia, la vida en nuestro planeta.
Lo cierto es que queda mucho trabajo por hacer, dado que por el momento la humanidad solo ha explorado el 5% de las profundidades submarinas. Entre las figuras más activas en este sentido destaca Fabien Cousteau, nieto del legendario Jacques-Yves Cousteau, fallecido en 1997, cuya figura es quizás la más conocida y carismática en el ámbito de las exploraciones marinas. Sus documentales llegaron a ganar tres premios Óscar y Fabien representa, por tanto, la tercera generación de una dinastía indisolublemente ligada al azul profundo.
El proyecto del explorador y activista francés consiste en la construcción de una especie de Estación Espacial Internacional de unos 400 metros cuadrados a una profundidad de 18 metros, pensada para acoger a científicos y turistas. O, como él prefiere llamarlos, acuanautas, ya que la vida bajo el agua es muy similar a la que experimentan los astronautas. La hazaña se le ocurrió a Cousteau tras el viaje continuo más largo jamás llevado a cabo bajo el mar, 31 días en inmersión.
Fuente: lavanguardia.com
