Reutilizar los cohetes es el paso indispensable a la hora de conquistar las estrellas, ya que solo ahorrando costes podremos convertir la exploración espacial en algo económicamente viable. Los tiempos de la NASA acabaron y toca reinventarse.
Rocket Lab ha dado un importante paso adelante en sus esfuerzos por recuperar sus propulsores para volver a volar, capturando hoy su cohete Electron con un helicóptero mientras se precipitaba hacia la Tierra. Este es un planteamiento diferente al que llevan a cabo en SpaceX.
El intento no salió del todo bien, ya que el propulsor se precipitó al océano, pero se considera un logro relevante que la empresa compara con un «ballet supersónico».
La técnica de recuperación con helicóptero que persigue Rocket Lab lleva varios años de preparación, puesto que la empresa esbozó por primera vez estos planes en 2019.
En 2020 utilizó con éxito un helicóptero para capturar una réplica de su cohete Electron sobre el océano abierto, y simultáneamente ha estado trabajando en métodos de recuperación basados en el océano en los que se utilizan paracaídas para controlar el descenso.
La misión de hoy, titulada «Ida y vuelta», ha sido el 26º lanzamiento del cohete Electron y el primer intento de captura en el aire con un helicóptero. De ahí la importancia del lanzamiento.
La aeronave en cuestión es un Sikorsky S-92 modificado y dotado de un gancho, diseñado para esperar en la «zona de captura» mientras el cohete regresa a la Tierra y despliega su paracaídas, permitiendo la captura de la línea de paracaídas para que el cohete pueda ser trasladado para su reacondicionamiento.