El mes pasado, se conocía la noticia que iniciaría una especie de carrera especial, cuyo reflejo mira al pasado de una forma peligrosa.

Así, en detrimento de las relaciones de cooperación internacionales, simbolizadas en la construcción de la Estación Espacial Internacional (EEI)China y Rusia anunciaron que se desmarcaban de Estados Unidos y SpaceX, en la creación de una estación para la investigación lunar, para hacer la suya propia.

Así, la conquista espacial se está convirtiendo en un sinfín de proyectos por separado, a los cuales los actores protagonistas invitan a sumarse, en una especie de batalla espacial tecnológica velada.

Un claro ejemplo es el reciente anuncio que la NASA y Elon Musk hicieron sobre la cooperación para llevar astronautas de nuevo a la Luna, un evento que, durante la Guerra Fría, supuso para Estados Unidos un gran elemento propagandístico a nivel mundial.

Por ello, no es de extrañar que, ahora, Rusia haya decidido abandonar la EEI, cuyo proyecto acaba en 2024, para comenzar a preparar la suya propia –que podría estar lista para 2025–, a la que por supuesto invitarán a sus socios internacionales.

Tenemos 2024 como límite de tiempo acordado con nuestros socios sobre el trabajo de la EEI. Después de eso, las decisiones se tomarán en función de la condición técnica de los módulos de la estación, que en su mayoría han agotado su vida útil, así como nuestros planes para desplegar una estación de servicio orbital nacional de próxima generación”, ha asegurado Roscosmos, la agencia espacial rusa, en The Moscow Times.

El fin de la cooperación internacional en el espacio

Aunque la relación entre Estados Unidos y Rusia no ha sido de las más estables, en 1998, lanzaron conjuntamente la EEI, junto a Canadá, Japón y la Agencia Espacial Europea (ESA), en un claro ejemplo por dejar atrás las rencillas del pasado.

Sin embargo, el acuerdo que firmaron termina en 2024 y, para 2025, Rusia ha avisado que se retirará de allí para conformar la suya propia. Así lo anunció Yury Borisov, viceprimer ministro, en una conversación previa a la conmemoración del 60 aniversario, a la que tuvo acceso la emisora estatal Rossia 1.

«Cuando tomemos una decisión, iniciaremos negociaciones con nuestros socios sobre las formas y condiciones de cooperación más allá de 2024«, ha explicado Roscosmos, la agencia espacial rusa, en un comunicado de la AFP.

Es decir, que lo que probablemente ocurrirá es que se conformen dos bloques de nuevo, en el espacio: el primero conformado por los socios occidentales de Estados Unidos, entre los que se incluye SpaceX, y otro compuesto por China, Rusia y sus socios.

Cuánto le costará el proyecto a Rusia

Aunque ni Roscosmos ni las autoridades rusas han anunciado ningún proyecto en firme, el medio ruso Interfax tuvo acceso a una fuente cercana al gobierno ruso en la cual especificaba cuál sería el gasto estimado de la nueva estación espacial.

De esta forma, según Interfax, el coste total de la nueva estación oscilará entre los 5.000 y 6.000 millones de dólares (entre 4.150 y 4.980 millones de euros). «Hasta ahora, solo hay estimaciones preliminares y la financiación está en los primeros términos», ha concretado esta fuente a Interfax.

Aun así, a Rusia le costará algo más que dinero, con un panorama internacional muy en su contra, habiendo alejado de su entorno a SpaceX y Estados Unidos. A partir de ahora, la carrera espacial será paralela, en una especie de bloques de intereses políticos y nacionales.