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Los cines vacíos de hoy, ¿el adiós a las salas de mañana?

Tegucigalpa,Honduras sábado 26 diciembre 2020

Un huracán llamado coronavirus ha arrasado los cines en 2020. Cerrados durante meses y sin estrenos potentes de Hollywood que ofrecer, esta terrible crisis para las salas plantea además sombríos interrogantes para el futuro: ¿podrá recuperarse la gran pantalla cuando la pandemia haya pasado?

Junto a la lucha por la supervivencia que ha afrontado toda la industria del entretenimiento, a la exhibición del cine se le ha unido el dilema existencial de un modelo ya en entredicho por el «streaming».

Casi nadie duda de que, cuando el coronavirus quede en el olvido, la gente volverá a conciertos y festivales de música.

Pero, ¿regresará a los cines en masa si ya se ha acostumbrado a un modelo de estrenos en plataformas digitales y de lanzamientos pensados para la comodidad del hogar?

Algo parecido se puede decir de Estados Unidos y Canadá, donde «Bad Boys for Life», que por fortuna se estrenó antes de que se extendiera la pandemia, es el título más taquillero de 2020 con 206 millones.

Más que odiosas, las comparaciones con 2019 son casi groseras.

Pasadas las primeras semanas de confinamiento y de cierre obligado, las salas se encontraron con un problemón: Hollywood les había cortado el grifo de las superproducciones.

Uno tras otro, todos los estudios atrasaron sus lanzamientos más importantes (James Bond, «Fast & Furious», «Black Widow»…) en busca de un panorama sin coronavirus, sin salas a medio gas y sin espectadores con miedo.

Pero los retrasos iniciales de semanas o pocos meses acabaron convirtiéndose en aplazamientos a 2021 (o más allá) que dejaron este año como un auténtico erial de reclamos para el gran público.

La lógica de los estudios era esta: ¿puede rentabilizarse un «blockbuster» sin cines repletos, con aforos limitados y con el recelo de parte del público a acudir a lugares con más gente?

Y el lamento desde las salas era este: sin estrenos de relumbrón y solo con propuestas «indies» o reposiciones a mano, no quedarán cines en 2021 para cuando quieran aterrizar todos los peliculones.

Más allá de soluciones tibias, como la nostálgica pero insuficiente resurrección de los autocines, la industria no dio con la tecla para responder a los desafíos del coronavirus y entró en una especie de coma.

Tampoco ayudó el órdago fallido de «Tenet».

Christopher Nolan forzó la máquina para estrenar esta esperadísima película en la gran pantalla, pero logró unos pobres resultados (362 millones de dólares en total con solo 58 millones en EE.UU. y Canadá) que confirmaron las tesis más conservadoras de un Hollywood egoísta que renunció a 2020 y que dejó vendidas a las salas.

VENTANAS HECHAS AÑICOS

Otro aspecto que apunta a una revolución en el modo de disfrutar del cine se refiere a las anteriormente intocables ventanas de distribución, que es el plazo que va de la exhibición en salas a la llegada de las cintas a los hogares.

Antes respetadas como si fueran los diez mandamientos, el coronavirus hizo que estas ventanas saltaran por los aires.

«Avengers: Endgame», que se convirtió en la cinta con más recaudación de la historia (sin contar la inflación), encabezó el año anterior la lista de taquillazos con 2.798 millones (858 de ellos solo en EE.UU. y Canadá).

Ese fenómeno de Marvel recaudó por sí sola más dinero que las diez películas más taquilleras de este año juntas, en torno a 2.645 millones de dólares.

A falta de que cada país, con su respuesta particular a la pandemia, cierre un año para el olvido, The Hollywood Reporter estima que la taquilla en EE.UU. y Canadá -mercado «doméstico», en la jerga del sector- registrará su peor dato en cuatro décadas (y sin considerar la inflación) con unos ingresos de 2.300 millones.

En 2019, ese dato se situó en 11.400 millones.

Fuente: La Tribuna

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