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Positivo y Negativo: ¿Qué tanto odia usted?, por Emilio Santamaría

¿Qué tanto odia usted?
por Emilio Santamaría S.
08 de Octubre 2019

Hace ya algún tiempo, la Revista Life en un artículo sobre enfermedades en crecimiento, explicaba “Una característica que se encuentra muy a menudo en las personas con hipertensión, alta presión sanguínea, es el resentimiento”. Y agregaba “Cuando el resentimiento es crónico, la hipertensión será crónica”. ¿Sabía usted que los odios y rencores no solo causan úlceras en el estómago sino perturbaciones en el corazón? Cualquier médico podrá explicarnos que estos excesos nos producen alteraciones en nuestra salud, que pueden incluso provocarnos la muerte.

El odio, justificado o no, es como llevar una granada cargada en el corazón que cuando explota, hará trizas en primer lugar al que lo albergó. Y si no explota, hará miserable su vida poniéndole nervioso, marcando su rostro y creándole perturbaciones cardiacas y llevándolo quizá hasta una muerte prematura.

El odio hacia los demás ha derrotado todos los tratamientos de belleza posibles. Cuando una mujer se llena de duros resentimientos, su rostro también se llena de arrugas y se endurece con esos agrios sentimientos. Cuando usted alberga odio en su corazón, acaba hasta con su capacidad para disfrutar de sus alimentos. ¿Recuerda usted el pasaje bíblico? “Vale mas una comida de hierbas donde hay amor, que comer buey bien cebado con odio” Y Jesús sentenció con su enorme sabiduría: “Amad a vuestros enemigos”. Y algunos han rechazado esto como una norma de perfección imposible de cumplir. Pues bien, Dale Carnegie nos dice al respecto: “Si no podemos amar a nuestros enemigos, amémonos por lo menos nosotros mismos. Amémonos lo suficiente para no permitir que nuestros enemigos dominen nuestra felicidad, nuestra salud y nuestro aspecto.”

¿Qué hacer entonces con toda esa gente que parece luchar diariamente con sus acciones para ganarse nuestro odio? William J. Gaynor, que fue Alcalde de Nueva York parece tener la respuesta: “Todas las noches perdono todo a todos”. ¿Cree usted que fue muy lejos en su consejo? Recuerde entonces que Jesús nos dijo que debíamos perdonar a nuestros enemigos, setenta veces siete.

LO NEGATIVO: Olvidar que al llenarnos de resentimientos, el primero en perjudicarse somos nosotros.

LO POSITIVO: Recordar cada noche “perdonar todo a todos” y vivir plenamente sin odios y rencores.

Compártalo con personas que usted aprecia. GRACIAS.

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