San Pedro Sula,Honduras. 10.11.2018
Fue monaguillo en la iglesia de Cofradía y alguna vez soñó con ser sacerdote, sin embargo, terminó siendo pintor religioso, Gracias a la vocación artística, demostrada desde su infancia, Rolando Rodríguez tiene la sublime misión de restaurar las pinturas de la catedral y plasmar otras de su creación.
En su juventud asistió a cursos de vocación sacerdotal, pero Tito Consani, extinto párroco de la iglesia de Cofradía, lo persuadió para que estudiara pintura, después de que se graduó como bachiller.
Mediante su arte le está dando nueva vida a las obras de José Antonio Borges, el pintor catalán que embelleció, hace muchos años, el interior de la catedral San Pedro Apóstol, El tiempo y los embates de la naturaleza las mantenían en una situación deplorable, pero el pincel de Rolando Rodríguez, conocido como Sambo, las está haciendo relucir.
Fuente:wwwlaprensa.hn