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Ilama Santa Bárbara, Honduras. 16.01.2017
Las campanas de la iglesia católica de Ilama sonaron a las 9:00 am anunciando que la Virgen de Lourdes, patrona de los ilameños, salía en compañía del Cristo Negro rumbo al municipio de Gualala.
Con las imágenes, salían también los ilameños que caminarían 10 kilómetros para llegar al punto de encuentro el Malcaraca. Muchos caminan pagando la promesas que hicieron por algún milagro que los santos les hicieron.
Mujeres, niños, hombres y ancianos cargan en su paso las imágenes, en el camino, se canta y se reza por la paz del país y los pueblos hermanos que por más de 150 años celebran sus tradicional Guancasco. Cada 15 de enero, muchos feligreses católicos veneran al Cristo Negro en Honduras.
Un niño se posa de frente en cumplimiento de su promesa en hacer una alfombra.
Doña María Paz llegó desde Villanueva a cargar la imagen del Cristo Negro. “Este santo milagroso me concedió el deseo de seguir viendo con vida a mi hijo, que hoy cumple 29 años, cuando era un niño una enfermedad me lo atacó, los médicos me lo daban por muerto, pero yo recé y ofrendaba para que el Cristo me lo diera sano y así fue, por eso este día aquí estamos pagando esa promesa con mucho amor”. Así como doña María, son miles los que llegan al templo católico y recorren las calles de Gualala e Ilama para pagar sus promesas.
El Guancasco solo es una de las tantas expresiones de paz y respeto que los pueblos indígenas lencas han pregonado de generación en generación.
Es una costumbre propia de los lencas, enriquecida por las tradiciones cristianas con la llegada de los españoles.
Los feligreses agradecen al encender una vela o tocar los pies de la imagen del Cristo en la cruz del templo de Quezailica.
Durante años, la actividad ha rememorado la hermandad que debe existir entre los pueblos indígenas, quienes se debatían en constantes disputas motivadas entre otros sectores por ampliar sus espacios territoriales.
El templo católico, exquisito en historia y detalles arquitectónicos, es la edificación más importante que alberga al patrón, el Cristo Negro o Señor Crucificado, ayer fue venerado no solo en estos pueblos de Santa Bárbara, sino en Quezailica, Copán, y en Arena Blanca, El Progreso.
Durante todo el fin de semana, fieles católicos realizaron peregrinaciones hasta la pequeña aldea de Santa Rosa de Copán para venerar la imagen del Cristo. En las afueras de la iglesia, centenares participaron de la celebración con venta de golosinas, dulces típicos o conservas, así como artículos religiosos.
Pobladores ayer de Ilama y Gualala en el recorrido.
